Un estudio encabezado por Jesús Arenas, profesor de la Universidad de Zaragoza e investigador del Instituto Agroalimentario de Aragón, detalla el descubrimiento de un nuevo sistema de secreción de toxinas en bacterias causantes de la meningitis y gonorrea en humanos.
El estudio, publicado por la prestigiosa revista científica ‘Virulence‘, recoge que las bacterias comúnmente conocidas como meningococo y gonococo, secretan un repertorio de nuevas toxinas que actúan sobre otras bacterias inhibiendo su crecimiento. Este hallazgo podría permitir el desarrollo de vacunas o tratamientos en el futuro.
El meningococo es el primer causante de la meningitis bacteriana, una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo cada año y causa muerte o importantes secuelas. Por otra parte, la gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual que causa esterilidad. Solo en 2016 la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó 87 millones de casos al año globalmente.
Aunque en este caso puede tratarse, esta bacteria desarrolla un gran número de resistencias a distintos antibióticos. Ya que a día de hoy no existe una vacuna para su prevención, la OMS estima que en el 2050 no habrá tratamiento para esta enfermedad y ha calificado de urgente la búsqueda de nuevas terapias.
Varios estudios apuntan a que el conjunto de microorganismos que colonizan las mucosas (flora bacteriana) constituye una barrera de defensa contra posibles bacterias patógenas. «Todo indica que estas nuevas toxinas ayudan a eliminar parte de la flora existente, y así estos patógenos pueden colonizar al hospedador rápidamente.
Se trata de un mecanismo de competencia entre gérmenes, es decir, las bacterias se pelean para conseguir establecer la infección en los humanos. Ambas especies bacterianas pueden colonizar los humanos durante un largo periodo de tiempo», explicó Jesús Arenas.
Posibles vacunas
El conocimiento de la secreción de proteínas tóxicas permite entender cómo los patógenos interaccionan con el medio que los rodea y logran evadir las defensas de los humanos, lo que a su vez permite diseñar tratamientos más eficaces contra las infecciones. Por ejemplo, los sistemas de secreción de proteínas se utilizan para generar plataformas de vacunas en la actualidad.
«Este sistema puede ser útil para generar nuevas alternativas contra estas enfermedades. Si estas bacterias necesitan secretar estas toxinas para poder competir, este podría ser utilizado para generar posibles vacunas o eliminar el patógeno de las mucosas, estrategias que deben ser exploradas en un futuro», aseguró Arenas.