Por primera vez en la historia un grupo de cirujanos estadounidenses han conseguido trasplantar un riñón de cerdo a un ser humano de manera exitosa, como parte de un procedimiento experimental realizado el mes pasado en el centro médico Langone Health de la Universidad de Nueva York.
Los riñones de cerdo han sido estudiados desde hace tiempo para su uso en medicina, pero un azúcar en sus células, la galactosa-alfa-1,3-galactosa (más conocida como alfa-gal)—presente en todos los mamíferos, excepto en humanos y otros primates— había provocado un rechazo inmune inmediato.
El reciente procedimiento, que involucró el riñón de un porcino GalSafe genéticamente modificado, significa un importante avance en la búsqueda de alternativas viables para aliviar la escasez de órganos para trasplantes en pacientes gravemente enfermos.
El órgano fue trasplantado en el cuerpo de una mujer con muerte cerebral, conectada a un respirador artificial y con signos de disfunción renal. Su familia consintió el experimento antes de apagar su soporte vital. Robert Montgomery, quien dirigió el equipo quirúrgico, aseguró que en los tres días que el riñón permaneció conectado a los vasos sanguíneos de la receptora, demostró estar funcionando y arrojó resultados que «parecían bastante normales».
El nivel de creatina característico de una función renal deficiente se estabilizó tras la intervención y el nuevo órgano produjo «la cantidad de orina que cabría esperar» de un riñón humano trasplantado. Tampoco se detectaron signos de rechazo temprano, comentó el médico. Vale subrayar que la investigación aún no ha sido revisada por pares ni publicada en una revista médica.