Estamos rodeados de bacterias. Están en el suelo que pisamos, en la comida que ingerimos, en el agua que bebemos. Viven dentro de nosotros. La mayor parte del tiempo, nuestra convivencia con estos diminutos seres es pacífica; algunas, incluso, nos resultan beneficiosas. Pero hay un pequeño grupo entre ellas que puede causarnos ciertos problemas; de hecho, las infecciones provocadas por sólo 33 especies constituyen en conjunto la segunda causa de muerte en el mundo, sólo por detrás de las enfermedades cardiovasculares.
Así lo concluye un artículo publicado en la prestigiosa revista científica The Lancet, que en base a los datos de la Carga Global de Enfermedades de 2019 y de la Investigación Global de Resistencias Antimicrobianas ha estimado que 7,7 millones de muertes en 2019, antes de la irrupción de la pandemia de coronavirus, estaban directamente provocadas por este grupo de patógenos. Esta cifra equivale a uno de cada ocho fallecidos en todo el mundo.
Más del 80% de la carga mortal de los patógenos
Los autores del trabajo, explican, seleccionaron estas 33 especies porque suponen más del 80% de la carga mortal de todos los patógenos. Esto es interesante, porque la mayoría de ellas no son especies con una alta mortalidad: más bien, son ubicuas.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que a esta carga mortal creciente también contribuye la resistencia a los antibióticos que muchas cepas de estas especies están desarrollando y que hacen especialmente difíciles de tratar sobre todo los casos nosocomiales (que se originan en espacios hospitalarios).
Otro aspecto al que atendieron es el tipo de infección, seleccionando concretamente once tipos (entre ellas, las de las vías respiratorias bajas, las del torrente sanguíneo o las gastrointestinales).
Se trata de la primera vez que se hacen estimaciones globales sobre las muertes que se producen en todo el mundo por estos patógenos, y por eso los resultados parecen entrar en conflicto con datos como los de la OMS, que sitúan al cáncer en el mismo lugar del siniestro ranking.