Cada día en el mundo se producen más de un millón de infecciones de transmisión sexual (ITS), una cifra que se eleva cada año, también en España. Todas se contagian, como su propio nombre indica, por vía sexual, pero algunas de ellas, aquellas en las que el preservativo no es infalible, se contagian todavía más fácilmente. Además, cuando ya tenemos una ITS, aunque sea de manera asintomática, es más fácil contagiarse de otras. Evitar las conductas de riesgo y el diagnóstico precoz de las ITS ayudaría a reducir el número de infecciones, como nos comenta la Dra. Yuliya Poliakova, es la directora técnica de Microbiología de SYNLAB en España
Cuáles son las ITS más frecuentes
Las infecciones de transmisión sexual tratables más frecuentes son clamidia, blenorragia (gonorrea), sífilis y tricomoniasis, que provocan, según datos de la OMS, unos 374 millones de contagios al año. Son también las más comunes y las que más han aumentado en España, «según el informe de Vigilancia epidemiológica de las infecciones de transmisión sexual en España, se observa un incremento continuo de casos en los últimos años. Así en el periodo entre 2013 y 2019 el número de casos de gonorrea notificados ha aumentado de 3.315 a 12.359, de sífilis de 3.723 a 5.822 y de clamidia de 7.236 en 2016 a 17.718 en 2019», alerta la Dra. Poliakova.
Mención aparte merece el virus del papiloma humano, que es la ITS más frecuente, pues se estima que entre un 70 – 80% de la población sexualmente activa puede resultar infectada por algún tipo de VPH. La diferencia con otras es que en la mayoría de los casos no desarrolla la enfermedad, aunque sí puede contagiarla. Además, también a diferencia de las primeras, no se puede curar, como ocurre también con la hepatitis B, el virus del herpes simple (VHS o herpes) y el VIH.
¿Por qué unas ITS se contagian más que otras?
Contagiarnos o no de una ITS tiene que ver sobre todo con las conductas de riesgo, pero también influyen, como explica Poliakova, otros factores, «la carga de microorganismo, el estadio de la enfermedad, tipo y duración de contacto, estado inmunológico de persona, presencia de otras ETS, uso del método de prevención, etc. Por lo tanto, el riesgo individual de contraer una ETS puede variar ampliamente». Conductas de riesgo aparte, hay ETS que, al tener otra fuente de contagio, además de la sexual, se transmiten más fácilmente. Estas son, por ejemplo, «la hepatitis C, en la que la vía sexual es menos frecuente que la hepatitis parenteral (hepatitis causadas por transfusiones, drogas, etc.), pero puede aumentar su relevancia en las personas VIH o en el caso de ciertas prácticas sexuales de riesgo», aclara.
Además, hay infecciones en las que la vía principal de transmisión es la sexual, pero a las que el uso del preservativo no protege al 100%. Es el caso de:
•Virus del Papiloma Humano (VPH). Lo más común es que se transmita a través del contacto genital con penetración. Sin embargo, puesto que las lesiones que puede provocar, las verrugas, pueden existir en otras partes del cuerpo en las que no cubre el preservativo, como ingles o perineo, si los fluidos genitales de una persona infectada tocan la piel de otra, esta también podrá contagiarse.
•Sífilis. Algo parecido ocurre con la sífilis, pues a veces la llagas que causa la enfermedad y que además no producen síntomas, se encuentran fuera de la zona que cubre el preservativo.
•Herpes genital. Aparte de con las relaciones sexuales, el virus del herpes genital puede transmitirse a partir de lesiones cutáneo-mucosas y a través de secreciones en las que está presente el virus. Además, este virus puede provocar llagas fuera del área genital, como las nalgas y el ano, zonas que no protege el preservativo.
•Molusco genital (VMC). Esta ETS también se contagia por el contacto piel con piel, por lo que el preservativo, aunque evita gran parte de las infecciones porque la sexual es su vía principal, no protege si el contacto piel con piel va más allá de la zona genital y existen lesiones fuera de esta área, como son rostros, axilas, brazos o cuello.
Además, no hay que descuidar la protección cuando se tienen relaciones con sexo oral, pues es una vía importante de transmisión en algunas enfermedades, como gonorrea, clamidia sífilis, herpes y Virus del Papiloma Humano.
Más fácil si ya estamos infectados con otra ITS
Tener ya una ITS nos predispone a contagiarnos más fácilmente de otras, como explica la Dra. Yuliya Poliakova, «el riesgo de contraer simultáneamente o más tarde una nueva infección es alta. En primer lugar, el riesgo está relacionado con la conducta de riesgo. Es decir, si una persona contrae una ETS seguramente realiza prácticas sexuales sin protección, y es el principal factor de riesgo para contraer otras ETS. En segundo lugar, los cambios inflamatorios a nivel genital que producen ETS (por ejemplo, gonococo o clamidia) pueden favorecer el contagio de otras infecciones, como puede ser VIH». Por este motivo, se recomienda hacer despistajes que detecten varias ITS a la vez, «existen paneles multiplex que simultáneamente detectan varios microorganismos que pueden causar la infección. Las guías nacionales e internacionales recomiendan descartar la infección por VIH y sífilis en todo paciente diagnosticado de ETS como gonorrea, clamidia, etc. También se recomienda realizar despistaje de la hepatitis A, B y C en hombres que tienen sexo con hombres. «SYNLAB, por ejemplo, cuenta con 2 paneles, uno básico en el que detectamos clamidia, gonorrea, Mycoplasma genitalium y tricomoniasis, y otro más completo al que, al panel anterior, le sumamos Mycoplasma hominis, Ureaplasma, Hepatitis B, Hepatitis C, Sífilis y VIH».
La importancia de la detección precoz
La prevención es la mejor manera de evitar el aumento de infecciones de transmisión sexual, y esto se consigue con el uso del preservativo y con las vacunas disponibles, pero también es muy importante la detección precoz. Como muchas de ellas son asintomáticas o no dan la cara hasta pasadas semanas o meses, muchas personas contagian a otras sin saberlo, «para aquellas personas que tienen una vida sexual activa recomendamos realizarse chequeos periódicamente, así como si se sospecha de una relación sexual de riesgo o aquellas personas que quieran conocer su estado de salud sexual actual y ejercer una acción preventiva frente al contagio de ETS». Para poder llevar a cabo esta detección precoz correctamente, tenemos que tener en cuenta lo que se denomina el ‘periodo ventana’, que es «el número mínimo de días que deben transcurrir entre el momento en el que se ha estado expuesto a un posible contacto de riesgo y el momento en el que se puede detectar la infección. Respetar este plazo permite detectar precozmente la mayor parte de las infecciones incluidas en los distintos paneles».
Si no respetamos este periodo, es decir, si no esperamos los días necesarios, esto podrá dar lugar a falsos negativos. Este periodo varía de una prueba a otra y de una infección a otra. Así, por ejemplo, como nos cuenta Yuliya Poliakova «el periodo ventana para el panel básico de SYNLAB (clamidia, gonorrea, Mycoplasma genitalium y tricomoniasis) es de 10 días y para el panel completo (clamidia, gonorrea, Mycoplasma genitalium y tricomoniasis, Mycoplasma hominis, Ureaplasma, Hepatitis B, Hepatitis C, Sífilis y VIH) es de 21 días». Así, si sospechamos que hemos podido contagiarnos de una ITS un día concreto, es importante esperar estos días y no tener relaciones sexuales hasta poder confirmar si estamos o no infectados.