Ayer jueves, periodistas y comunicadores de los diferentes medios de comunicación del país interactuaron en una charla en la sede de las Naciones Unidas, sobre “Cómo luchar contra el discurso de odio en los medios y redes sociales, a través del lenguaje”, tema establecido para este año con ocasión de la celebración del 3 de mayo, Día Internacional de la Libertad de Prensa.
El encuentro, tenía como objetivo intercambiar opiniones entre los profesionales del periodismo, para encontrar soluciones que puedan acabar con el odio en las redes sociales, quienes han coincidido en que la manera eficaz de acabar con el odio, es evitando los “fake news” e informando con objetividad e imparcialidad.
La charla ha sido dirigida por la consejera principal de Derechos humanos y Género a la Coordinación Residente y al equipo País del Sistema de las Naciones Unidas en Guinea Ecuatorial, Sylvia Ghaly.
Este año, la UNESCO ha informado que para hacer frente y combatir el discurso de odio es necesario llevar a cabo un esfuerzo a diversos niveles que incluya abordar sus causas profundas y sus factores, impedir que desemboque en violencia y afrontar sus consecuencias sociales más amplias. Para generar respuestas eficaces al discurso de odio, por ejemplo, mediante la educación, es esencial mejorar la vigilancia y el análisis del fenómeno a partir de datos claros y fiables. En esta era digital, también es necesario tener una mejor comprensión de la incidencia, la virulencia y el alcance del discurso de odio en línea.
“Existen diversos desafíos a la hora de identificar el discurso de odio para fines de investigación. Por un lado, desde una perspectiva metodológica, tenemos las definiciones utilizadas para considerar la cuestión, los contextos históricos y sociales, las sutilezas lingüísticas, la variedad de las comunidades en línea y las formas del discurso de odio en línea” (tipo de lenguaje, imágenes, etc.).
Por otro lado, desde la perspectiva tecnológica, el discurso de odio es difícil de estudiar debido a la incoherente fiabilidad de los sistemas de detección, la naturaleza opaca de los algoritmos propietarios, la falta de acceso a los datos de que disponen las empresas, etc. Es indispensable tener una idea clara de cómo hacer frente a estos desafíos para poder comprender de qué manera aparece y se propaga el discurso de odio en línea y posteriormente formular respuestas eficaces.