Josep María Bartomeu ha renunciado como presidente del FC Barcelona. Había una reunión de la Junta Directiva convocada para el 27 de octubre que tenía por objeto analizar la inminente moción de censura, después de que la Generalitat autorizara la celebración de la misma y al día siguiente de que tuviera lugar otro cónclave del que el ya ex presidente salió sin intención, al menos públicamente, de cesar sus funciones.
El Gobierno, una vez confirmados los días el 1 y 2 de noviembre como fechas ideales, días que la directiva quería evitar, el presidente emprende su marcha según avanzó el periodista Marçal Llorente, afín al presidente. Ahora se abre un periodo en el que una Comisión Gestora, liderada por el presidente de la comisión Económica del club, Carles Tusquets, tendrá como máximo 90 días para convocar las elecciones.
«Pedíamos a la Generalitat cobertura legal, la misma que pidieron ellos al Gobierno central. Han decidido no dar lo mismo que han pedido. Han optado por lavarse las manos en una situación que les resulta incómoda», declaró Bartomeu en la comparecencia que dio tras conocerse la noticia de su dimisión.
La ya ex dirección del club, no estaba supuestamente de acuerdo, en que mientras se pedía a los ciudadanos que se quedaran en sus casas por la pandemia del coronavirus, se impulsara una votación. Una justificación para no someterse al referendum de socios, motivos que inducen a la preocupación y la crítica tras los últimos pasos de la entidad en lo deportivo, económico e institucional.
«Haciendo un símil hemos ganado la Liga y esperamos ganar la Champions, que sería gestionar el club. Lo mejor para el Barça es que entre aire fresco, que comience una nueva era. Cualquier persona que quiera dirigir este club tiene que estar preparada para afrontar riesgos, y no tendríamos problemas en asumir las cuentas, tenemos los avales preparados. Creo que Bartomeu ha hecho lo mejor para él, para el club y para los socios», dijo Jordi Farré, promotor del voto de censura, en ‘Catalunya Ràdio’.
Marc Duch, de «Més Que Una Moció», dijo en el mismo medio: «Debemos felicitarnos todos los socios por lo que representa que una moción de censura prospere. Es indudable que dimitió por la tensión que le ha generado la aceleración del «timing». Tenemos que felicitarnos porque haya prosperado un mecanismo democrático. Los votos de censura se hacen para ganarlos, y con ello, para hacer que salga la Junta Directiva. El cuerpo nos pedía votar porque estábamos convencidos de obtener una victoria aplastante, pero lo damos por bueno».
En la moción de censura, haría falta que al menos el 66,6% de los votos fuera en contra de Bartomeu para asegurar su salida. El hasta ahora jefe azulgrana era consciente de que tenía las de perder y ese podría ser otro motivo para abandonar su cargo.
Su dimisión llega tras una temporada muy a la baja del Barcelona y una tendencia negativa general. El insuficiente rendimiento ofrecido sobre el terreno de juego ha ido acompañado de decisiones institucionales que incluso Leo Messi, emblema del equipo, puso en tela de juicio en público.