El Manchester City pudo golear al equipo blanco, pero acabó viendo cómo sólo se lleva un gol de ventaja al Bernabéu. El campo blanco será el que decidirá si Real Madrid o City pasan a la final de París. El que lo haga será el que menos fallos atrás haga porque el encuentro del Etihad fue un festival de fallos defensivos de los dos equipos que provocaron que se vieran siete goles. El Real Madrid jugó un mal partido, pero sale vivo de Manchester que es lo que buscaba Ancelotti en este primer duelo de semifinales.
El Real Madrid salió al Etihad en cuerpo, porque no podía evitarlo, pero no en alma. Eso se quedó en el hotel o en al autocar o en algún sitio. Los once hombres que puso Ancelotti, que apostó por Rodrygo, saltaron al césped como quien va a jugar un partido de solteros contra casados. Bueno, ni eso, porque en esos duelos hay más tensión, más compromiso que el mostrado por los jugadores blancos que a los dos minutos ya habían encajado el primer gol. Jugada típica y tópica del City con Mahrez haciendo la diagonal desde la derecha, centro al área y De Bruyne, llegando solo desde la segunda línea para marcar.
Valverde no se enteró de que el belga llegaba a su espalda, Militao había salido a la banda a no se sabe muy bien qué y Carvajal llegó tarde. En resumen, un fallo defensivo en cadena del Real Madrid que estaba siendo vapuleado por el City de Guardiola. Un equipo, el inglés que repitió en el minuto 12 con tanto de Gabriel Jesús aprovechando un error garrafal de Alaba. Los de Ancelotti no se estaban enterando de nada de lo que estaba pasando en el campo. El City, por su parte, seguía a lo suyo, tocando y tocando esperando su oportunidad. Su único punto débil, Ederson, el portero que con los pies tiene mucho peligro, pero para sus compañeros.
A esa esperanza de un fallo del portero se agarraba el Real Madrid para entrar en el partido, pero lo cierto es que el City seguía llegando con mucho peligro y Foden y Zinchenki tuvieron el gol en sus botas. La solución para el Real Madrid llegó desde el banquillo cuando cerca de la media hora, Ancelotti puso a Modric y Kroos, hasta el momento desaparecidos, como doble pivote. Ese movimiento fue clave para que el Real Madrid pudiera respirar tranquilo, tenía más el balón y así llegaron las primeras jugadas de peligro. En una de ellas, Benzema, quién si no, marcó el 2-1 en el minuto 33 tras un centro de Mendy. El City había perdonando al Real Madrid y lo pagó con ese gol. El equipo de Guardiola apretó en la recta final del primer tiempo, pero se llegó al descanso con ese 2-1 en el marcador que le daba mucha vida a un Real Madrid que parecía muerto.
Festival de fallos defensivos
La segunda parte comenzó con Nacho entrando por Alaba y con una nueva ocasión del City, una doble ocasión. Nuevo fallo garrafal de Militao que aprovecha Mahrez para plantarse ante Courtois, pero su disparo se estrelló en el poste. El rechace le llegó a Foden que con toda la portería para él, remató al cuerpo de Carvajal. El delantero inglés se resarció marcando el 3-1 en el minuto 53. Vinicius se durmió, no siguió a Fernandinho que puso un centro perfecto que Foden remato a placer. Poco le duró la alegría al City que vio como Vinicius marcó el 3-2 en el minuto 55 en una gran acción personal que dejó en evidencia a toda la defensa inglesa.
Ese tanto abrió un nuevo escenario de partido. El Real Madrid se vino arriba con Vinicius generando mucho peligro por la derecha aprovechando la debilidad defensiva del City. En ese fútbol vertical, directo, el equipo inglés parecía un poco perdido. Necesitaba volver a tener el balón para calmar el partido, para sentirse seguros. Y lo hizo, mientras el Real Madrid juntó sus líneas para minimizar lo máximo posible los fallos defensivos. A pesar de todo, un nuevo error atrás pudo acabar en otro gol del City, pero Courtois evitó el tanto de Laporte.
Un gol que llegó en el minuto 74 por mediación de Bernardo Silva. Un nuevo despiste del equipo blanco que pensó que el árbitro iba a pitar una falta de Kroos, pero el colegiado dio la ley de la ventaja y Bernardo Silva lo aprovechó para poner el 4-2, ese gol llenó el depósito de gasolina del City en el que Mahrez tuvo el quinto gol. El Real Madrid parecía de nuevo muerto, pero no. Laporte cometió un penalti de los calificados tontos y Benzema no falló desde los 11 metros. A lo Panenka, el francés puso el 4-3 en el marcador en el minuto 82.
Los fallos defensivos del Real Madrid seguían apareciendo y eso significaba ocasiones de gol para el City. Los blancos también tuvieron las suyas, pero el marcador no se movió más y todo se decidirá el 4 de mayo en el Bernabéu.