La economía de Estados Unidos ha demostrado en los últimos años una estabilidad y un crecimiento férreos, pero los riesgos a los que se enfrenta son tan altos que la etapa expansiva puede sufrir un brusco freno antes de lo previsto.
Así lo advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyo informe sobre el país recién divulgado dibuja un panorama con más sombras que luces.
El mes que viene, la economía de Estados Unidos habrá alcanzado el periodo de expansión más larga registrado en la historia del país. Desde junio de 2009, se han creado dos millones de empleos al año y se espera que el PIB siga creciendo a un ritmo del 2,6% este año para moderarse en el 2% en 2020. Estas cifras son superiores a la previsión del 2,3% y del 1,9% calculadas en el informe de abril.
Sin embargo, las incertidumbres son evidentes. El FMI destaca que «la deuda pública de los Estados Unidos está en un camino insostenible», situándose ya en el 107% del PIB. Según el organismo, «se necesitan ajustes de políticas para revertir constantemente el aumento del déficit fiscal y poner la deuda pública en una trayectoria descendente». Entre ellas, el Fondo considera que legislar una reforma migratoria basada en habilidades podría aumentar la productividad y el tamaño de la fuerza laboral, así como disminuir las presiones del envejecimiento, con consecuencias beneficiosas para la dinámica de la deuda con el PIB».
Además, el FMI destaca que el sistema financiero parece saludable, pero alerta de que los riesgos a medio plazo para la estabilidad financiera están aumentando. «Los bancos estadounidenses están bien capitalizados y la calidad de los activos parece ser generalmente buena. El crédito sigue disponible tanto para los hogares como para las corporaciones y el coste de los préstamos es relativamente bajo. Sin embargo, el apalancamiento corporativo es históricamente alto», dice. Por tanto, una reversión abrupta del entorno acomodaticio podría impactar en la inversión y la creación de empleos.
Las tensiones comerciales forman un capítulo destacado entre las preocupaciones del FMI. «Los aranceles de importación y otras medidas adoptadas por la Administración de Estados Unidos están socavando el sistema de comercio mundial, aumentando las restricciones al comercio de bienes y servicios, y catalizando un ciclo de respuestas comerciales de represalia», explica el organismo que dirige Christine Lagarde. El Fondo cree que, en lugar de ampliar las barreras comerciales, «Estados Unidos y sus socios comerciales deberían trabajar de manera constructiva para abordar mejor las distorsiones en el sistema de comercio para adaptarse a los cambios a largo plazo en el entorno internacional». El Fondo pide, especialmente, que las tensiones con China se resuelvan rápidamente, ya que que representan una amenaza para la perspectiva global y crean importantes efectos secundarios negativos para otros países.
Por otra parte, el FMI apoya la estrategia de la Reserva Federal (Fed) de frenar las subidas de los tipos y pide un esfuerzo por mejorar la comunicación y la transparencia.