El Banco Africano de Desarrollo (BAfD) presentó, el jueves 30 de enero, la edición 2020 de su informe sobre la Perspectiva Económica de África. Bajo el lema «capacitar a la fuerza laboral africana del mañana» , el informe insiste en la necesidad de que los estados africanos aumenten sus inversiones en el desarrollo del capital humano para promover un crecimiento más inclusivo en el continente.
Para el AfDB, las perspectivas económicas en África continúan mejorando. La tasa de crecimiento del PIB real del continente, estimada en 3.4% para 2019, debería acelerarse para llegar a 3.9% en 2020 y 4.1% en 2021.
Además, 6 de las 10 economías de más rápido crecimiento en el mundo están ahora en África: Ruanda (8,7%), Costa de Marfil (7,4%), Etiopía (7,4%), Ghana ( 7,1%), Tanzania (6,8%) y Benin (6,7%).
Y por primera vez en más de una década, el crecimiento en África se debe en gran medida a la expansión de la inversión, especialmente en infraestructura, más que al consumo, así como a las exportaciones, señala el AfDB.
Sin embargo, según el informe, la infraestructura física, aunque importante, no es suficiente para estimular el crecimiento y la productividad necesarios para las economías africanas. Los países africanos también deberían acelerar la inversión en el desarrollo del capital humano. De hecho, con 12 millones de graduados que ingresan al mercado laboral cada año y solo 3 millones de ellos obtienen trabajo, la tasa de desempleo juvenil aumenta cada año. El presidente del Grupo AfDB, Akinwumi Adesina, dijo que «el desempleo juvenil debe ser una prioridad». Sin embargo, enfatiza, «los jóvenes deben estar preparados para los trabajos del futuro, no para los trabajos del pasado».
«Dado el rápido ritmo de cambio provocado por la 4ª revolución industrial, desde la inteligencia artificial hasta la robótica, el aprendizaje automático y la computación cuántica, África necesita invertir más en la reorientación y recalificación de su mano de obra, y en particular para los jóvenes», señala Akinwumi Adesina.
Según el informe, es necesario aumentar la financiación de la educación en todos los niveles, primario, secundario y terciario. El sistema educativo debe preparar adecuadamente a los jóvenes para el mercado laboral. Se debe dar prioridad a mejorar el acceso a la formación profesional, a reducir el desajuste entre la formación y las necesidades del mercado laboral. Pero también al mayor incentivo del sector privado para apoyar a los jóvenes ofreciéndoles oportunidades de capacitación en el trabajo, así como el espíritu empresarial. Al final, no es el crecimiento del PIB lo que cuenta. Nadie come el PIB. El crecimiento debe ser visible. El crecimiento debe ser equitativo. El crecimiento debe sentirse en la vida de las personas.