Las previsiones presentadas sobre el impacto económico de la pandemia del Covid-19 en Guinea Ecuatorial, por el Director General del Instituto Nacional de Estadísticas de Guinea Ecuatorial (INEGE), auguran un impacto negativo en la economía nacional, aunque no solo es una particularidad de G.E, sino para el resto de los países del mundo, que tendrán que lidiarse para levantar sus economías en la etapa post covid.
Ante los miembros de Gobierno del Ministerio de Hacienda, Economía y Planificación, encabezados por el ministro titular, César Augusto Mba Abogo, Ricardo Nsue Ndemesogo (director de INEGE), ha presentado un informe en el que éste instituto ha trazado unas previsiones para el crecimiento de la economía de G.E en lo que resta del año 2020, aunque se le ha recomendado prolongarlo hasta el ejercicio 2020-2021.
Dicho informe, que prevé dos escenarios bautizados como ‘optimista’ y ‘pesimista:
El primer escenario macroeconómico (optimista) proyecta una caída del PIB real de 5,8% para el año 2020. El PIB petrolero se contraería en un 7,2% como resultado de caída del precio internacional de petróleo Brent, de la producción de petróleo y de sus derivados. Por otra parte, la caída del PIB no petrolero se situaría en un 4,7%, como consecuencia de la caída de la construcción y la de los servicios privados en general.
La contracción del sector primario sería de 5,2%, explicada por la caída de las actividades extractivas (-5,5%). El sector secundario caería en un 10,3%, como consecuencia de la contracción de la construcción (-35%) y la caída de la producción de derivados (-9,4%).
En este escenario, el sector terciario caería en un 3,3% en 2020, frente a la subida de 1,6% del año anterior. Esta bajada sería como resultado de la caída del comercio (-5,5%), restaurantes y hoteles (-11,0%), transportes y telecomunicaciones (-12,7%) y las actividades financieras (-10%); todo ello, podría deberse a las medidas del Gobierno para limitar la propagación del Virus (El cierre o limitación del tráfico aéreo y en las fronteras, así como las medidas de aislamiento, cuarentena y distanciamiento social), las cuales, han interrumpido el comercio intracomunitario y mundial, generando además una escasez de oferta de servicios privados en el país. Por otra parte, la propia renuencia de las personas a visitar centros comerciales y utilizar el transporte público por miedo a no contagiarse, es otro factor que explicaría la caída del sector servicios.
En el segundo escenario (pesimista), se proyecta una caída del PIB real de 8,9% para el año 2020. Para ello, el PIB petrolero se contraería en un 12,5% como resultado de caída del precio internacional de petróleo Brent, de la producción de petróleo y de sus derivados. Por otra parte, el PIB no petrolero se contraería en 5,3%, como consecuencia de la caída de la construcción y la de los servicios privados. La contracción del sector primario sería de -11,9%, explicada por la caída de las actividades extractivas (-12,8%).El sector secundario caería en un 12,6%, como consecuencia de la contracción de la construcción (-35,4%) y la caída de la producción de derivados (-12,3%).
En este escenario, el sector terciario se contraería en un 3,9% en 2020, frente a la subida del 1,6% del año anterior; esta bajada sería como resultado de la caída del comercio (-7,3%), restaurantes y hoteles (-16,6%), transportes y telecomunicaciones (-20,7%), las actividades financieras (-20,6%) y otros servicios mercantiles (-9.0%).
En cuanto a las finanzas públicas, el país sigue altamente dependiente de los ingresos petroleros, que representan una media de 80% de los ingresos públicos en los últimos tres años. Por tanto, el efecto negativo de la pandemia Codiv-19, sería muy significativo en las finanzas públicas. En este sentido, el bajón del precio del barril del crudo, combinado con la caída de la producción de petróleo, supondría una disminución de los ingresos públicos para 2020 en un 24% en comparación con el año anterior, según el Ministerio de Hacienda, Economía y Planificación. Por otra parte, para el primer escenario, el gasto público aumentaría en un 5,2% y en un 11% en el segundo, frente a los niveles alcanzados en el 2019; debido a los esfuerzos del Gobierno para reforzar la capacidad y los recursos del sector sanitario para hacer frente a la crisis sanitaria y apoyar a las capas sociales más vulnerables mediante subsidios.
El crecimiento medio de la tasa anual de inflación previsto en el primer escenario, sería de 2,0% y 2,5% en el segundo escenario; debido al aumento de precios de determinados productos en el mercado nacional, principalmente los productos alimenticios y Bebidas no alcohólicas.
En lo que concierne al empleo, el impacto de la crisis sanitaria sería más notable en el empleo informal que en el formal. En este sentido, las medidas de aislamiento, cuarentena y distanciamiento social, adoptadas por el Gobierno, afectarían desproporcionadamente a los hogares con escasez de recursos, particularmente a las capas sociales más vulnerables.
Destacar que el Decreto número 43/2020, de fecha 31 de marzo, por el que se adoptan Medidas Económicas para el Fortalecimiento del Sistema Nacional de Protección Social y Apoyo a las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES), ayudaría a reducir el impacto de la crisis en las familias, en los trabajadores y en las PYMES. La aplicación de este conjunto de medidas, sería una respuesta al impacto económico del COVID-19 y sentaría las bases para que los efectos negativos sobre el empleo y la actividad sean transitorios, y para que esta última repunte una vez pasada la epidemia.
En observaciones del cuadro directivo del MHEP, las previsiones formuladas en este informe, que se elevará al Consejo Interministerial, ayudarán al ejecutivo a saber posicionarse y adoptar las políticas necesarias con el fin de trabajar con un margen que le permita afrontar la recuperación económica en un escenario óptimo. También opinan que el Gobierno debería canalizar el programa de inversiones en el sector productivo para poder afrontar la recuperación económica.