La capacidad de compra se ha visto afectada mientras los precios de los artículos de primera necesidad se han visto incrementados muy por encima de los salarios de los ciudadanos; eso es lo que viene ocurriendo de forma imparable en los últimos años. La consecuencia de que todo se ha vuelto más caro es que, según los resultados obtenidos del estudio realizado por el INEGE, el aumento acumulado del IPC de productos alimenticios entre marzo de 2020 y septiembre de 2023, “repercutió en una pérdida de bienestar de los hogares del 4,5 % a nivel nacional, siendo más aguda en ciudades como Malabo (5,4%) y Bata (5,0%)”, recoge el informe del Instituto Nacional de Estadística.
Desde principios del año 2020, señala el INEGE que se viene observando a nivel global y nacional una dinámica poco usual en el nivel general de precios, tendencia que se ha visto agravada en 2022 con el inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, y esta subida de precios ha sido más viva en materias primas energéticas y en los productos alimenticios.
La evidencia de este estudio realizado por el INEGE, sugiere que un incremento del 1% del IPC de los productos alimenticios genera para el hogar medio del país una pérdida de bienestar del 0,6% mientras que en los hogares de las ciudades periféricas (Mongomo, Evinayong, Ebibeyin) el cambio de bienestar sería del 0,7%.
«Hemos analizado qué impacto tiene ese aumento de precios en la perdida de bienestar o en la capacidad de compra que tienen los hogares. Hemos utilizado la metodología de la variación compensatoria para conocer en cuánto se debería aumentar la renta del individuo ante un aumento de los precios de los bienes que consume. Es decir, para que un hogar mantenga los mismos niveles de consumo de bienes que tenia antes de la subida de los precios, se le tiene que aumentar en su renta un 4,5% «, ha explicado José Nseng Biko, Jefe de servicios de estudios económicos y coyunturales.
Según los datos del informe de inflación anual publicado en enero de 2023, la inflación media anual en el país durante el año 2022 fue del 4,9%, tendencia que se viene observando desde 2020 y que se ha mantenido en este año 2023. Desde marzo de 2020, cuando se declaró el estado de Alarma Sanitaria, los precios acumularon un crecimiento del 8,0%, donde los productos alimenticios que representan el 64,2% del presupuesto familiar, han crecido un 7,1%.
Teniendo en cuenta la evidencia obtenida de algunos estudios realizados en países africanos como Etiopía, Nigeria o Camerún sobre los efectos de la subida de precios en el bienestar de los consumidores, especialmente de las subidas de precios de productos alimenticios y, siendo conscientes de la importancia del tema en la política económica de los gobiernos, esta investigación supone la primera aproximación que evalúa este fenómeno a nivel nacional, y tiene como objetivo, cuantificar el nivel de deterioro de la capacidad de compra de los productos alimenticios que han experimentado los hogares en el país en el periodo del estudio, utilizando el método de variación compensatoria.
Las limitaciones de este estudio están en el efecto heterogéneo que tiene la subida de precios sobre el bienestar de los hogares con diferentes niveles de renta, es decir, el poder adquisitivo de los hogares más pobres, respecto a los más ricos, ya que, «un hogar con mayor renta tiene una mayor capacidad de maniobra ante una escalada de precios», ha subrayado Nseng Biko.