Ante la advertencia sobre el riesgo de quiebra, el vicepresidente Nguema Obiang Mangue había ordenado una auditoría para evaluar la salud financiera de GECOMSA. Los hallazgos iniciales muestran que, aunque la empresa cuenta con activos fijos, carece de políticas y procedimientos adecuados para gestionar y controlar estos recursos de manera eficiente. Además, se ha identificado que no se realizan inventarios físicos regulares, lo que complica aún más su situación.
El análisis de las deudas revela que el Estado adeuda a GECOMSA 4.410 millones de FCFA, mientras que la deuda total con proveedores asciende a 9.876 millones de FCFA. A pesar de que el gobierno podría saldar su deuda con la operadora, esta seguiría enfrentando un déficit significativo con sus proveedores.
Frente a este panorama, el vicepresidente ha delineado un plan de reestructuración que incluirá la designación de una nueva directiva con la experiencia necesaria para revitalizar la empresa y ofrecer servicios de calidad. Posteriormente, se prevé realizar una licitación internacional para atraer a una empresa especializada que garantice la continuidad de GECOMSA en el competitivo mercado de telecomunicaciones.
En cuanto a los empleados, quienes no han recibido salario desde 2017, se ha instruido al primer ministro, Manuel Osa Nsue, para que inicie negociaciones sobre el pago de sus sueldos atrasados y su reintegración a la empresa. Este enfoque busca no solo rescatar a GECOMSA, sino también restablecer la confianza y el bienestar de su personal.