No parece muy probable que el hecho de que el Palacio de Congresos de Madrid esté cercado de miles de coches aparcados de cualquier manera tenga que ver con la charla que van a mantener Richard Branson, el creador y presidente de Virgin, con Santiago Íñiguez, presidente del IE University en el marco del World Business Forum de Madrid. Pero el caso es que acceder al recinto es tarea casi imposible. Siguiendo las aleccionadoras palabras del exitoso empresario inglés, “hay que perseguir los sueños” y así, finalmente, podemos escuchar su discurso. Bronceado, melena blanca (pero no muy larga), zapatillas de deporte, vaqueros y camisa azul claro sin corbata, el “emprendedor” explica con sentido del humor y bastante naturalidad a un grupo de selectos ejecutivos de España y Portugal (con la excepción de los de Cataluña, que excusaron su ausencia por la huelga general) el secreto del éxito en los negocios.
“Hay que mirar al pasado, pero poco, lo importante es tener una mira a largo plazo”, dice, por ejemplo, ante las cuestiones que, este sí más formal, le plantea Santiago Íñiguez. Precisamente, sobre esa idea, el inglés la refuerza con un consejo: “Hay que delegar, es absolutamente básico. De ese modo uno se puede dedicar a los asuntos de largo alcance mientras los temas del día a día los mueven otros”.
Hay que tener una visión a largo plazo en la vida en general, y en especial en los negocios. Es crucial trabajar con un objetivo
En definitiva, el pasado no es muy importante, excepto para extraer algunas conclusiones; el día a día es preferible delegar y el futuro a largo plazo es importante: “Hay que pensar con una visión a largo plazo en la vida en general, y en especial en los negocios, es crucial trabajar con un objetivo en mente”. Para él, el objetivo, «una vez localizados los errores», es «seguir siempre hacia adelante».
Sobre el pasado de Branson (Blackheath, Reino Unido, 1950) decir que fundó su primera empresa con 16 años, una revista (‘Student’), que se hizo rico con las tiendas Virgin, que su sello discográfico rescató el polémico primer y último disco de los Sex Pistols (‘Never mind the Bollocks’) y lo promocionó fletando un barco por el Támesis para cantar delante del parlamento británico ‘God Save the Queen’, que levantó una compañía aérea y que se interesó por los viajes espaciales. De su presente, se puede resumir en que está entre los 300 hombres más ricos del planeta, según ‘Forbes’, y del futuro no se sabe bien, pero según expresó ayer: “Hacer aviones supersónicos es posible”. También preguntó a la audiencia cuántos de ellos querían ser astronautas (con una sorprendente cantidad de brazos levantados entre los ejecutivos y ejecutivas).
Negocios, fracasos y autobuses
Las ideas de Branson, que se muestra relajado con las piernas cruzadas y cómodo, encajan perfectamente con el entusiasmo emprendedor que impregna los discursos contemporáneos de las escuelas de negocios: “No sé resistirme a ningún desafío. ¡Si tienes una idea, simplemente hazla realidad!”. Tampoco, en este caso, se resistió a otro clásico del género: “Si fallas no te preocupes, aprende de tus errores e inténtalo de nuevo”. Una actitud que el inglés resumió en una comparación: “Los negocios son como los autobuses: siempre hay otro llegando si se ha perdido el anterior”. El propio Branson tiene sus propios fracasos. El más sonado, una marca de cola que nadie recuerda. «Los emprendedores y los aventureros se parecen mucho», resumió el magnate.
El inglés también tuvo tiempo para hablar de cuestiones más personales. Por ejemplo, que considera que «estar en buena forma física es muy importante para mantener la energía y si vas a vivir a este nivel tienes que mantenerte sano». Para ello, comentó, «hago mucho deporte, me cuido y juego al tenis cada mañana. Debemos encontrar tiempo para cuidarnos a nosotros mismos». Lo cierto es que Branson, a sus 67 años, tiene muy buen aspecto. Pero no solo de negocios (y deporte) vive el hombre. El magnate también señaló la estabilidad familiar y sentimental como un factor muy importante «para la felicidad». El empresario, después de la charla, tenía previsto partir hacia El Atlas para escalar una de las montañas más altas de África.
Los negocios van de la gente; antes, y ahora, se trata de hacer cosas positivas para las personas
Para acabar con otra apreciación que es una de las ideas fuerza del empresario británico: “Abre los ojos y encontrarás tu negocio”. Branson siempre ha considerado básico al cliente y observar cuáles son sus necesidades: “Los negocios van sobre la gente; antes, y ahora, se trata de hacer cosas positivas para las personas”. «La vida es corta y hay que marcar una diferencia positiva en la vida de los demás», abundó el empresario.
Branson también se detuvo en algunos aspectos, digamos, básicos: «Hay que asegurarse de que entra más dinero del que sale del negocio», aseguró, pero añadiendo: «Hay que intentarlo. A veces funcionará y otras no, aunque hay que ponerlo en marcha y hacerlo por las razones correctas».
Líderes del mundo
Y, por supuesto, una de las actitudes fundamentales es la de querer “aprender”. Una puerta por la que entrar a los problemas climáticos a los que se enfrenta el planeta. Entre las preocupaciones y las cosas que estima Branson que hay que aprender está el cuidado del entorno. “La sostenibilidad del planeta es fundamental”, subrayó el empresario, que siempre ha tenido una actitud “progresista” en asuntos sociales y ecológicos (por ejemplo, creó una fundación para la despenalización de las drogas contando con otras personalidades destacadas). “Las compañías tienen que entender que son parte de la realidad”, concluyó el magnate, que insistió en que «los líderes de negocio también son líderes del mundo y si cada uno de ellos intentara solventar un problema de la humanidad podrían resolverse muchas cosas».