«El primer disparo en el golfo Pérsico empujará los precios del petróleo por encima de los 100 dólares y esto no puede ser tolerado por Estados Unidos, Europa, Japón y Corea del Sur», dijo Safaví, citado por la agencia iraní Fars.
La tensión en torno al petróleo ha aumentado desde que Washington decidió no renovar las exenciones a la compra de crudo iraní otorgadas a ocho países, entre ellos China, Japón y Corea del Sur, y que concluyeron el pasado 2 de mayo.
Las autoridades iraníes han amenazado en varias ocasiones con bloquear el estrecho de Ormuz, por el que cruza buena parte del crudo mundial, si las sanciones estadounidenses frenan sus exportaciones, vitales para su maltrecha economía.
En el marco de su política de presión contra Irán, EE.UU. también ha ordenado incrementar su despliegue militar en el golfo Pérsico, una medida a la que se refirió asimismo Safaví.
EE.UU. impuso sanciones el año pasado a Irán tras retirarse de modo unilateral del acuerdo nuclear de 2015, con el objetivo de frenar el desarrollo de misiles balísticos de Teherán y su influencia en la región.
Esta medida fue adoptada pese a que el Organismo Internacional de Energía Atómica ha ratificado que Irán cumple con sus compromisos y a que el resto de firmantes (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) siguen apoyando el pacto.
No obstante, debido a las sanciones y al fracaso en contrarrestarlas de los otros miembros del acuerdo, Rohaní anunció el pasado 8 de mayo que Irán suspendía la aplicación de algunos de sus compromisos y puso como condición que se permitan sus exportaciones de petróleo.
Irán exportaba una media de 2,5 millones de barriles diarios antes de la imposición de sanciones, por lo que su drástica reducción ha creado inestabilidad en el mercado petrolero.