Los efectos de las disputas comerciales entre EEUU y China han tenido un notable impacto en la evolución del precio del petróleo. En meses anteriores la previsión de un acuerdo que pusiera fin a las tensiones contribuyó a acelerar la escalada del petróleo por encima de los 75 dólares a finales de abril.
Desde entonces, las caídas predominantes en los mercados financieros han alcanzado de lleno al precio del petróleo. En las últimas jornadas la cotización del barril de Brent ha llegado a bajar de la barrera de los 60 dólares, más de un 20% por debajo de los máximos de hace menos de dos meses.
El papel clave que adquieren el grado de tensión comercial entre EEUU y China en las perspectivas económicas y de demanda de crudo ha llevado a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a retrasar la fecha programada para su próxima cumbre.
La nueva fecha queda fijada en el 1 de julio. Un día después, el 2 de julio, tendrá lugar la reunión de la OPEP con los socios que se han sumado a su programa de recorte de producción. La cumbre estaba prevista inicialmente para los días 25 y 26 de junio.
Este retraso permitirá que la OPEP y países como Rusia debatan la renovación de su acuerdo de reducción de las cifras de bombeo una vez conocido el resultado de la cumbre del G20 que tendrá lugar en la ciudad japonesa de Osaka durante los días 28 y 29 de junio.
La expectación que genera la cumbre del G20 ha aumentado exponencialmente después de que en la jornada de ayer el presidente estadounidense, Donald Trump, confirmara que mantendrá una «prolongada reunión» durante el G20 con el primer ministro chino, Xi Jinping.
Desde hace meses, los inversores más optimistas habían fijado la cumbre del G20 como la cita más probable para que EEUU y China sellaran un eventual acuerdo comercial. Las disputas de las últimas semanas han complicado este escenario.
En la cumbre de la OPEP que, tras el retraso, se desarrollará dentro de semana y media, sus socios y aliados debatirán la opción de prolongar los actuales recortes de producción. En los últimos meses el contexto ha incluido cambios como el del veto total a las exportaciones de crudo iraní por parte de EEUU.
El régimen de Teherán, en plena escalada de la tensión geopolítica, ha advertido reiteradamente al resto de socios de la OPEP que no asuman las cuotas de exportación que le correspondía a Irán hasta el embargo adoptado por EEUU.
El mercado teme represalias, y apunta directamente al régimen de Teherán como responsable de los ataques sufridos la semana pasada por dos buques petroleros en el Golfo de Omán.