Los futuros del crudo Brent caían 63 centavos, o un 0,8%, a 81,54 dólares el barril, a las 0731 GMT. El crudo West Texas Intermédiate (WTI) de EE. UU. Perdió 55 centavos, o 0,7%, a 80,24 dólares el barril.
Los mercados petroleros han caído durante las últimas tres semanas, golpeados por un dólar fortalecido y la especulación de que la administración del presidente Joe Biden podría liberar petróleo de la Reserva Estratégica de Petróleo de Estados Unidos para enfriar los precios.
«La Casa Blanca ha estado debatiendo cómo hacer frente a una inflación más alta, y algunos funcionarios han pedido que se aproveche la reserva estratégica o que se detengan las exportaciones estadounidenses», dijeron los analistas de ANZ en un informe.
Las empresas de energía estadounidenses agregaron la pasada semana plataformas de petróleo y gas natural por tercera semana consecutiva con los precios del crudo rondando a un máximo de siete años, lo que llevó a algunos perforadores a regresar a la plataforma del pozo.
El recuento de plataformas de petróleo y gas, un indicador temprano de la producción futura, aumentó en seis a 556 en la semana hasta el 12 de noviembre, su nivel más alto desde abril de 2020, dijo el viernes la firma de servicios energéticos Baker Hughes Co (BKR.N).
Mientras tanto, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) recortó la semana pasada su pronóstico de demanda mundial de petróleo para el cuarto trimestre en 330.000 barriles por día (bpd) con respecto al pronóstico del mes pasado, ya que los altos precios de la energía obstaculizaron la recuperación económica de la pandemia de COVID-19.
Europa se ha convertido nuevamente en el epicentro de la pandemia de COVID-19, lo que llevó a algunos gobiernos a considerar la posibilidad de volver a imponer bloqueos impopulares, mientras China lucha contra la propagación de su mayor brote causado por la variante Delta.
La rusa Rosneft (ROSN.MM), la segunda compañía petrolera más grande del mundo por producción después de la Saudí Aramco, advirtió el viernes de un potencial «superciclo» en los mercados energéticos globales, lo que eleva la perspectiva de precios aún más altos a medida que la demanda supera a la oferta.