El viernes, los precios del petróleo subieron más de un 4% a máximos de 7 años y 5 meses, debido a la mayor tensión en torno a Ucrania, después de que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) dijo que había estrechez en los mercados del petróleo.
Tanto el Brent como el WTI tocaron su máximo desde septiembre de 2014 y cerraron su octava ganancia semanal, ante la creciente preocupación por los suministros mundiales mientras la demanda se recupera de la pandemia de coronavirus.
La AIE elevó su previsión de demanda para este año y espera que aumente en 3,2 millones de barriles por día (bpd), alcanzando un récord histórico de 100,6 millones de bpd. También señaló que Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos podrían ayudar a calmar los volátiles mercados del petróleo si bombeasen más crudo. La agencia añadió que la alianza OPEP+ produjo 900.000 barriles diarios (bpd), por debajo del objetivo en enero.
A principios de esta semana, la OPEP dijo que la demanda mundial de petróleo podría aumentar aún más este año gracias a una fuerte recuperación económica tras la pandemia.
De 20 a casi 100 dólares en menos de dos años. El barril de crudo Brent, de referencia en Europa, ha transitado en tiempo récord de su nivel más bajo en dos décadas a quedar a las puertas del triple dígito, un umbral inédito en los ocho últimos años y que amenaza con presionar aún más la inflación y ralentizar la recuperación económica tras la pandemia.
La creciente tensión entre Rusia y Ucrania, una frontera clave en el tránsito de petróleo hacia Europa, es el detonante más inmediato de la escalada. No en vano, Moscú es el tercer máximo productor del planeta y maneja, junto con Arabia Saudí, los hilos del cartel ampliado de exportadores, la llamada OPEP+. Pero hay más marejada de fondo como los inventarios en niveles inusualmente bajos que juegan un papel fundamental, en una subida que complica las cosas para los importadores, entre ellos España y la mayoría de los países europeos.