Como cabeza de cartel en la gestión económica de la pandemia y las negociaciones sobre el alivio de la deuda africana, Vera Songwe se ha convertido en una figura clave en los debates del continente. Después de trabajar para el Banco Mundial, interlocutora de los líderes en temas económicos del continente y activista en la lucha contra la corrupción, la economista camerunesa está más presente que nunca en las mesas de negociación, pero también en los medios.
«Si no hubiera corrupción, el PIB de África sería un 25% más alto»: Esta afirmación, que puede calificarse de tardía para un estatus adquirido hace varios años, confirma las expectativas suscitadas por Vera Songwe.
Érase una vez en Bamenda…
Muy pronto, Vera Songwe se encontró con las responsabilidades inherentes a la gestión de instituciones líderes. De hecho, mientras ella crecía en Bamenda, en el noroeste de Camerún, su padre, Joachim Songwe, dirigía la Oficina Nacional para el Desarrollo de la Avicultura y la Ganadería Menor. Su tío, Christian Songwe Bongwa, fue Ministro de Relaciones con el Parlamento en la década de 1980. En este entorno, la joven Vera Songwe desarrolló muy rápidamente grandes ambiciones y un carácter fuerte. Después de sus estudios secundarios en Our Lady of Lourdes College Mankon en Bamenda, se fue a los Estados Unidos. Obtuvo una licenciatura en economía y ciencias políticas en la Universidad de Michigan en los Estados Unidos. Posteriormente, obtendrá un diploma de estudios avanzados en derecho y economía. Completa estos grados con un doctorado en economía matemática en la Universidad Católica de Louvain-la-Neuve en Bélgica. Vera Songwe luego regresó a los Estados Unidos, donde obtuvo una cátedra visitante en la Universidad del Sur de California. Lo compagina con un trabajo en el Banco de la Reserva Federal de Minneapolis.
Entrada en el circuito del Banco Mundial
En 1998, la economista camerunesa se unió al Banco Mundial como una joven ejecutiva. Trabaja en la Unidad de Reducción de la Pobreza y Gestión Económica (PREM), cubriendo Marruecos y Túnez. Durante los años siguientes, ocupó varios puestos en la unidad PREM para la región de Asia Oriental y el Pacífico.
Su trabajo atrajo la atención de muchos ejecutivos del Banco Mundial, incluido Ngozi Okonjo-Iweala, actual director de la OMC. La nigeriana incluso le presentará a su amiga camerunesa el grupo de expertos estadounidense de la Institución Brookings.
En 2010, Songwe formó parte del equipo del Grupo del Banco Mundial que recaudó USD 49 300 millones en financiamiento concesionario para países de bajos ingresos como parte de la 16.ª reposición de recursos para el desarrollo internacional de la Asociación. Entre 2011 y 2015, Vera Songwe fue directora de operaciones del Banco Mundial para Senegal, Cabo Verde, Gambia, Guinea-Bissau y Mauritania.
Una responsabilidad creciente
El nombre de Vera Songwe empieza a circular en los círculos de decisión de las principales políticas económicas relacionadas con el continente. Al mismo tiempo, los medios de comunicación se fijan cada vez más en la economista camerunesa. En 2013, Forbes la clasificó entre las “20 mujeres jóvenes de poder en África”. Al año siguiente, el Institut Choiseul la incluyó entre los “líderes africanos del mañana”. En 2015, el Financial Times clasificó a Vera Songwe entre los 25 africanos a seguir.
En 2016, cuando asumió la dirección de la oficina de África Occidental y Central de la Corporación Financiera Internacional (IFC), demostró su gran conocimiento de las economías de la región en el manejo de los archivos que le fueron encomendados. Es tan eficaz que en abril de 2017, Antonio Guterres, secretario general de la ONU, la eligió entre 77 candidatos para dirigir la Comisión Económica para África (ECA). Se convierte en la primera mujer en dirigir la institución de la ONU cuya misión es promover la cooperación económica entre las naciones africanas. Un cargo que le otorga el rango de Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas.
Comprometidos con la lucha contra la corrupción
Como parte de su trabajo al frente de la ECA, Vera Songwe se convierte, al igual que su amiga Ngozi Okonjo-Iweala, en una figura en la lucha contra la corrupción en África. En enero de 2018, durante la 30ª cumbre de la Unión Africana en Addis Abeba, mostró ante los líderes africanos su lucha contra lo que describió como un cáncer para la economía africana.
“Superar la corrupción es un camino sostenible hacia la transformación de África. La corrupción, en palabras del exvicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, es un cáncer: un cáncer que carcome la fe de los ciudadanos en la democracia, disminuye el instinto de innovación y creatividad y los presupuestos nacionales ya ajustados, desplazando importantes inversiones nacionales. Desperdicia el talento de generaciones enteras. Ahuyenta inversiones y empleos” , declaró durante su intervención en la apertura del encuentro. “Si no hubiera corrupción, el PIB de África sería un 25% más alto”, añade Vera Songwe en una entrevista.
Esta lucha, la sigue liderando la camerunesa, aunque se ha visto algo eclipsada desde 2019 por la pandemia y cuestiones relacionadas con la deuda africana. De hecho, además de abogar por un mayor acceso a la vacunación en África, también ha estado muy activa en los últimos meses en las negociaciones sobre el alivio de la deuda africana. El 11 de mayo de 2020, coorganizó, con el Instituto de Finanzas Internacionales, la primera reunión entre África y sus acreedores privados. A medida que la pandemia continúa debilitando las economías africanas, sus posiciones y decisiones pueden resultar cruciales para el futuro del continente.