La humanidad depende de la tierra, pero una combinación tóxica de contaminación, caos climático y eliminación de la biodiversidad está convirtiendo las tierras sanas en desiertos y los ecosistemas prósperos en zonas muertas. La degradación de las tierras y la desertificación afectan a “más de 3.000 millones de personas”, y los ecosistemas de agua dulce también están degradados, lo que dificulta la producción de cultivos y la cría de ganado.
La Directora Ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), Inger Andersen sostiene que «la naturaleza es resiliente» y «mediante la restauración de ecosistemas, podemos frenar la triple crisis planetaria a saber; la crisis del cambio climático, la crisis de la pérdida de naturaleza y biodiversidad, incluida la desertificación, y por supuesto, la crisis de la contaminación y los desechos». Afirmaba.
La ONU ha lanzado el Decenio de la Restauración de los Ecosistemas, que respalda los compromisos para restaurar 1.000 millones de hectáreas de tierras; un área más grande que China. En 2023, un total de 6 países se comprometieron en restaurar 300.000 km de ríos y 350 millones de hectáreas de humedales. Las naciones también acordaron fortalecer la gestión sostenible de las tierras durante la Sexta Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente.
«La restauración de las tierras puede ser el hilo dorado que aúne la acción y la ambición durante estas tres importantes reuniones, por eso debemos hacer que este esfuerzo cuente. Agradezco al Reino de Arabia Saudita por ser anfitrión del Día Mundial del Medio Ambiente 2024», ha dicho Andersen.
Por su lado, el Secretario General de la ONU ha invitado a todas las personas a sumarse a la generación y restauración de tierras. «Nuestras tierras son nuestro futuro», enfatizó António Guterres.
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