Alrededor de 1,25 millones de personas murieron de tuberculosis el año pasado, según el nuevo informe de la OMS, el cual añade que es probable que la tuberculosis vuelva a ser la enfermedad infecciosa que más muertes causa en el mundo, tras haber sido sustituida por el COVID-19 durante la pandemia.
La OMS dijo que la TB sigue afectando principalmente a personas en el sudeste asiático, África y el Pacífico occidental; India, Indonesia, China, Filipinas y Pakistán representan más de la mitad de los casos en el mundo. «El hecho de que la tuberculosis siga matando y enfermando a tantas personas es un escándalo, cuando tenemos las herramientas para prevenirla, detectarla y tratarla», declaró en un comunicado el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Sin embargo, las muertes por tuberculosis siguen disminuyendo en todo el mundo, y el número de nuevos infectados está empezando a estabilizarse. El organismo señaló que de las 400.000 personas que se calcula que tenían tuberculosis farmacorresistente el año pasado, menos de la mitad fueron diagnosticadas y tratadas. La tuberculosis está causada por bacterias transmitidas por el aire que afectan sobre todo a los pulmones. Se calcula que aproximadamente una cuarta parte de la población mundial tiene tuberculosis, pero sólo entre el 5% y el 10% de ellos presenta síntomas.
Los grupos de defensa de los derechos humanos, entre ellos Médicos Sin Fronteras, llevan mucho tiempo pidiendo a la empresa estadounidense Cepheid, que fabrique las pruebas de la tuberculosis utilizadas en los países más pobres, que las ponga a la venta a 5 dólares por prueba para aumentar su disponibilidad. A principios de este mes, Médicos Sin Fronteras y 150 socios de la salud mundial enviaron a Cepheid una carta abierta en la que le pedían que «diera prioridad a la vida de las personas» y ayudara urgentemente a generalizar las pruebas de la tuberculosis en todo el mundo.
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