El presidente de la comisión de la Comunidad Económica y Monetaria de África Central (CEMAC), que reúne a Congo, Chad, RCA, Gabón, Guinea Ecuatorial y Camerún, entre los cuales cinco son productores de petróleo, evalúa el impacto de la crisis del coronavirus.
Jeune Afrique: ¿Qué sectores se verán más afectados por esta pandemia?
Daniel Ona Ondo: Los países de la zona sufrirán los efectos de esta crisis de salud global, combinados con la caída en el precio del petróleo, debido a su alta exposición a las economías afectadas por el virus, en particular China y la Unión Europea.
Una desaceleración en la demanda o una recesión entre estos socios pesará particularmente en el sector de las materias primas, y particularmente en el petróleo. El transporte, el turismo y los hoteles también se ven afectados, lo que aumenta los temores de un efecto contagio en otros sectores de actividad y en la economía en general.
Esta situación podría resultar muy delicada en términos de gestión macroeconómica, ya que CEMAC apenas se está recuperando de la crisis de la deuda y se enfrenta a desafíos de seguridad que han tensado las finanzas públicas de los Estados.
La importancia de este nuevo shock requiere acciones excepcionales y urgentes que serán tanto presupuestarias como monetarias.
¿Deberíamos esperar correcciones presupuestarias, cuando la mayoría de las leyes financieras de 2020 se basan en un barril de 55 o 60 dólares?
Los marcos presupuestarios de la mayoría de los estados miembros de CEMAC se construyeron teniendo en cuenta las condiciones económicas internacionales que prevalecen a mediados de 2019, es decir, una previsión de crecimiento económico mundial y los precios de las materias primas más estables.
Si la tendencia actual del precio del crudo continúa, tendría un impacto significativo en los ingresos petroleros de este año y, en proporciones relativamente mayores o menores, los ingresos no petroleros.
Se requerirán correcciones de presupuesto. Podemos cuestionar la capacidad de los estados para movilizar nuevos flujos de ayuda pública, ya que los principales socios, China y los europeos, están preocupados por apoyar sus propias economías.
¿Deberíamos temer lo peor en 2020 o 2021?
Lo que se necesita es permitir que las empresas estén listas para reiniciar la máquina una vez que haya pasado la tormenta de coronavirus, con la esperanza de que la crisis de coronavirus siga siendo limitada en el tiempo y que los principales productores de petróleo logren un acuerdo. Las correcciones presupuestarias que se realizarán en nuestros países deben apuntar a limitar el daño social, mediante el apoyo a las empresas afectadas, en particular las PYME, reconocidas como importantes amortiguadores de la crisis.
Nuestra área ha enfrentado grandes crisis que hemos superado. Sigo convencido de que lo lograremos una vez más, a través de la solidaridad y la acción concertada.