Tras jurar su cargo el 16 de febrero ante el Consejo Constitucional de Burkina Faso, el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, fue investido de nuevo el miércoles como presidente, al día siguiente de la adopción de una carta de transición.
El nuevo presidente de Burkina, con uniforme de camuflaje y boina roja, no pronunció ningún discurso en esta sobria ceremonia ante los representantes de los órganos constituidos, el ejército, el cuerpo diplomático y las «fuerzas vivas» del país.
Esta investidura se produjo tras la adopción, el martes, de una carta de transición, elaborada durante las reuniones nacionales entre la junta en el poder y las «fuerzas vivas», entre las que se encuentran los partidos, los sindicatos, las organizaciones de la sociedad civil, los jóvenes, las mujeres y los desplazados por los atentados yihadistas que azotan Burkina Faso desde 2015.
El periodo de transición antes de la vuelta al orden constitucional se ha fijado en 36 meses, según la carta firmada por el teniente coronel Damiba, que le prohíbe presentarse a las elecciones previstas al final de la transición. Esta prohibición también se aplica al presidente del órgano legislativo de 71 miembros que se creará durante la transición. La carta también prevé la formación de un gobierno de 25 miembros dirigido por un primer ministro civil.
La inauguración tuvo lugar en la misma sala donde se celebra desde octubre de 2021 el juicio a los presuntos asesinos del expresidente burkinés Thomas Sankara en 1987. El juicio, que se interrumpió el 8 de febrero y debía reanudarse el martes, no se reanudará hasta el jueves.