Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), Camerún tiene unos 5,2 millones de nacionales en el extranjero. Si se tiene en cuenta los que están en situación irregular y, por tanto, no están registrados en embajadas y consulados, y los que tienen doble nacionalidad, esta cifra podría aumentar hasta casi 7 millones. Un fuerte potencial humano que, al igual que otros emigrantes africanos, se ilustra sobre todo por el aumento de la frecuencia de las remesas al país.
Según un reciente informe del Banco Mundial, titulado «Remittances Brave Global Headwinds», los emigrantes cameruneses han enviado al país un total de 365 millones de dólares (230.000 millones de francos CFA), lo que supone un aumento de cerca del 5% respecto a los 350 millones de dólares de 2021. En conjunto, la contribución de la diáspora camerunesa al Producto Interior Bruto (PIB) es del 0,8%. Estamos tentados de decir que es poco, dada la implicación de la diáspora camerunesa en otros países del continente. En Nigeria, por ejemplo, las remesas ascendieron en 2022 a 20 900 millones de dólares, es decir, el 39,4% de todas las remesas registradas en el África subsahariana. En Kenia, el importe asciende a 4.100 millones de dólares, frente a los 2.700 millones de Senegal y los 1.700 millones de la RD del Congo.
Estas remesas contribuyen a la reducción de la pobreza y a la mejora del estado nutricional, y están correlacionadas con mejores resultados en cuanto a bajo peso al nacer y escolarización entre los niños de hogares desfavorecidos. El informe del Banco Mundial muestra que las remesas ayudan a los hogares beneficiarios a aumentar su resiliencia, por ejemplo, permitiéndoles mejorar sus condiciones de vivienda y hacer frente a las pérdidas tras una catástrofe natural. En Camerún, por ejemplo, el desglose de los fondos transferidos por el Ministerio de Relaciones Exteriores es el siguiente: 65,8% para consumo corriente, 12,71% para inversión en mobiliario, 6,87% para ahorro. La proporción destinada a actividades generadoras de ingresos es sólo del 14,5%.
Para un mejor impacto de la diáspora en el desarrollo económico, los poderes públicos se comprometen sin duda a reformar el código de la nacionalidad con vistas a adoptar la doble nacionalidad o la nacionalidad múltiple. Los cameruneses residentes en el extranjero creen que esto sería un seguro para quienes quieran contribuir al desarrollo de su país. Según indiscreciones, se presentará un proyecto de ley en este sentido en el Parlamento durante la sesión de marzo de este año. La creación de una agencia transnacional de inversión y desarrollo para la diáspora, también adoptada durante el Gran Diálogo Nacional de 2019, sigue a la espera de ser puesta en marcha. Un trampolín, nos enteramos, que servirá para capitalizar mejor las remesas de estos «hijos del país».