Un estudio publicado el 9 de octubre en el Boston Consulting Group y la Fundación Master card ha revelado que alrededor del 70% de los consumidores de África prefieren sus marcas locales frente a las internacionales, por la calidad y los precios accesibles, aunque más del 90% de estas marcas son microempresas y Pymes.
El informe «Transforming Africa’s Food Systems: How Food Brands Can Lead the Way», del que ha hecho eco la agence ecofin se basa en una encuesta realizada a 2.300 consumidores de Kenia, Uganda, Etiopía, Nigeria, Costa de Marfil, Ghana, Sudáfrica y Zambia. Los encuestados compran alimentos envasados en puntos de venta modernos. El 30% de ellos se clasifican en la categoría de renta baja y media-baja, el 60% en la de renta media y media-alta, y el 10% en la de renta alta. En todos los países encuestados, los consumidores que optan por productos alimentarios locales lo hacen por su mejor precio (44%), su auténtico sabor local (43%), sus hábitos de compra en familia (34%) y la disponibilidad de los productos (30%).
En términos más generales, los encuestados afirman que los factores más importantes que influyen en su decisión de comprar alimentos en establecimientos minoristas son: la calidad (38% de los encuestados), el precio (29%), la seguridad del producto (13%) y la reputación de la marca (10%). Sólo el 2% de los encuestados concede importancia al impacto de la fabricación del producto en términos de creación de empleo local o protección del medio ambiente. Además, el 54% de los consumidores africanos no están familiarizados con las marcas africanas, aparte de las de su propio país.
La industria alimentaria africana triplicará su tamaño de aquí a 2030
El informe subraya que es necesario conocer las preferencias de los consumidores para desarrollar productos que tengan los atributos deseados, mientras que se prevé que la industria alimentaria africana triplique su tamaño de aquí a 2030, hasta alcanzar para entonces el billón de dólares anuales, según estimaciones del Banco Mundial. Los principales motores de este esperado auge son el rápido crecimiento demográfico, la acelerada urbanización, el aumento de los ingresos y los nuevos hábitos de consumo en cuanto a compra y preparación de alimentos.
Además, se espera que la aplicación del acuerdo sobre la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA) impulse el comercio de productos agroalimentarios en un 41% con respecto a los niveles de 2020, según las previsiones de la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas.
Para aprovechar esta riqueza de oportunidades, las empresas alimentarias africanas no sólo deben comprender el comportamiento de compra de los consumidores, sino también ampliar su escala para suministrar productos de forma económicamente viable y crear reconocimiento de marca en unos mercados cada vez más competitivos.
Más del 90% de estas entidades son microempresas y pequeñas y medianas empresas (PYME), que se enfrentan a una serie de obstáculos, como dificultades para acceder a financiación asequible, reputación limitada entre los compradores y elevados costes de insumos como el envasado. Por tanto, las economías de escala son esenciales para reducir los costes operativos y satisfacer mejor los criterios de compra de los consumidores africanos. El acceso a instalaciones compartidas de procesamiento y envasado, por ejemplo, puede permitir a las pequeñas empresas alimentarias elaborar productos de alta calidad a costes más bajos y compartidos.
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