A pesar de que esta ley todavía necesita la firma del gobernador demócrata del estado, Ralph Northam, este ya ha asegurado que la firmará, convirtiendo así a Virginia en el estado número 23 que prohíbe la pena capital.
Esta derogación de la pena de muerte se produce en el estado que más ha utilizado este procedimiento para castigar a los delincuentes, ejecutando a casi 1.400 personas desde sus días como colonia, según el Centro de Información sobre Pena de Muerte de Estados Unidos.
Desde que la Corte Suprema de Estados Unidos restableció la pena de muerte en 1976, Virginia, con 113 ejecuciones, ocupa el segundo lugar después de Texas, según los datos recogidos por la cadena de televisión estadounidense NBC.
Con la derogación de la pena capital, sus sentencias pasarían a ser cadena perpetua sin libertad condicional.
Tras la votación favorable tanto en la Cámara como en el Senado estatal, Northam, junto a la presidenta de la Cámara de Representantes, Eileen Filler-Corn, y el líder de la mayoría del Senado, Dick Saslaw, han emitido un comunicado en el que han considerado a la pena de muerte «injusta, ineficaz e inhumana».
«Es hora de detener esta maquinaria de la muerte», añaden en el escrito, en un paso que consideran importante para «garantizar que nuestro sistema de justicia penal sea justo y equitativo para todos».
Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte, en 2020 fueron ejecutadas por cinco estados y el gobierno federal 17 personas en Estados Unidos.