Las inundaciones repentinas han inundado el principal aeropuerto de la ciudad, obligando a las autoridades a desviar todos los vuelos y cerrar las autopistas. El servicio meteorológico ha emitido una alerta roja para la costa de Barcelona, instando a los ciudadanos evitar desplazamientos «a menos que sea estrictamente necesario» y a mantenerse en alerta ante posibles peligros. En las afueras en el Sur de la ciudad, los teléfonos móviles han sonado con advertencias de «lluvias extremas y continuas», instando a la población a alejarse de desfiladeros y canales que suelen estar secos.
Las carreteras se han visto bloqueadas por deslizamientos de tierra, y numerosos automovilistas han sido captados tratando de navegar por las calles inundadas en un intento desesperado de llegar a casa. Unos vídeos impactantes del aeropuerto muestran cómo el agua ha inundando sus estacionamientos y el edificio principal, con viajeros quitándose los zapatos y vadeando por la sala de salidas.
El Ministro de Transportes, Óscar Puente, informó que el operador aeroportuario Aena desvió 15 vuelos que debían aterrizar en el aeropuerto El Prat debido a la severidad de la tormenta. Además, los servicios de trenes de cercanías en Cataluña han sido cancelados, y las estaciones de metro y carreteras también permanecen cerradas mientras las autoridades buscan limitar el movimiento de personas y prevenir una repetición del desastre vivido la semana pasada.
La situación sigue siendo crítica, y se recomienda a todos los ciudadanos que sigan las recomendaciones de seguridad y permanezcan en casa si es posible.
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