El retorno de cerca del millón de sirios que llegaron a Alemania tras la decisión de la entonces Canciller, Angela Merkel de abrir las fronteras del país en medio de una crisis migratoria sin precedentes en Europa, se ha colado en la precampaña de las elecciones generales que se celebrarán con carácter anticipado en febrero del próximo año 2025. De momento, la Oficina Federal de Migración y Refugiados (Bamf) ha decretado la congelación inmediata de las nuevas solicitudes de los sirios, lo que afectará a más de 47.000 casos. La misma decisión se ha tomado en la vecina Austria, aunque en este caso irá seguido de un programa de repatriación y deportación.
«A partir de ahora se detendrán todos los procedimientos [de asilo] en curso», ha afirmado el Ministerio del Interior austriaco en un comunicado. Además, «he dado instrucciones para que se prepare un programa ordenado de repatriación y deportación a Siria», ha detallado Karner. La reagrupación familiar también se suspenderá hasta nuevo aviso, lo que afecta en primera instancia a 7.300 casos pendientes. A principios de 2024, 95.180 sirios residían en Austria.
En Alemania, el Gobierno que ahora forman en minoría socialdemócratas y verdes, no ha ido tan lejos porque, según el Presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Bundestag, Michael Roth, «como nadie sabe actualmente lo que depara el futuro en el país, no deberíamos alimentar más el debate populista». El debate, sin embargo, ya es imparable.
La Unión de Cristianos Demócratas y Socialcristianos (CDU/CSU) ya ha pedido al Canciller Olaf Scholz que tome las medidas necesarias para acelerar el retorno de quienes huyeron del régimen de Asad, argumentando que el peligro ha desaparecido. «¿Qué tal si el Gobierno alemán dice a quien quiera regresar a Siria que fletaremos aviones para él y le daremos una cuota inicial de 1.000 euros?», ha propuesto Jens Spahn, líder adjunto de CDU/CSU. El Portavoz de política interior del mismo grupo parlamentario, Alexander Throm también pidió que se apoyara el retorno voluntario: «Todo el mundo debe tenerlo claro: la huida es una estancia temporal», ha afirmado. Alternativa para Alemania (AfD) tampoco ha esperado a que la situación en Siria se aclare. «Cualquiera que celebre ‘Siria libre’ en Alemania deja claro que ya no tiene motivos para huir. Deberían regresar a Siria inmediatamente», ha sostenido la copresidenta de AfD, Alice Weidel, en referencia a las celebraciones de muchos sirios en todo el país.
Según las nuevas cifras del Bamf, los sirios ya lideraban las estadísticas de asilo antes de la caída de Asad. De las 216.861 solicitudes de asilo que se presentaron en Alemania entre enero y noviembre, 72.420 eran de sirios, seguidos de los afganos, con 32.519 solicitudes.
En total, unas 972.000 personas procedentes de Siria vivían en Alemania a finales de 2023. Mientras que 10 años antes, sólo habían unas 60.000. Ningún otro país de la UE ha acogido a más personas procedentes de Siria en cifras absolutas que Alemania. Alrededor de 75.000 ya se han naturalizado, y con la modificación de la Ley de Ciudadanía aprobada por la actual coalición de Gobierno, es probable que su número aumente aún más, en tanto que el periodo necesario para la naturalización se ha acortado de ocho a seis años desde junio de este año.
Es imposible saber cuántos sirios regresarán voluntariamente a su país o cuántos están dispuestos a abandonar la vida que se han labrado en Alemania. Lo que sí se sabe es que la integración de los sirios en el mercado laboral alemán ha sido lenta. Según la Agencia Federal de Empleo, en septiembre sólo unos 236.000 sirios tenían un empleo sujeto a cotizaciones a la seguridad social. En contrapartida, cerca de 518.000 sirios recibían prestaciones estatales.
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