Basados en el tema “Lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas en el contexto del cambio climático, políticas y programas medio ambientales y de reducción del riesgo de desastres”, muchos oradores coinciden en que, al igual que el impacto de la pandemia de COVID-19, las consecuencias del cambio climático están afectando de manera desproporcionada a las mujeres y niñas.
Las inversiones específicas para promover la igualdad de género a nivel mundial y local son claves para garantizar el empoderamiento y la protección de las mujeres, garantizando que las promesas hechas a tal efecto se cumplan a medida que el mundo forja un camino inclusivo y sostenible para abordar las consecuencias del cambio climático, según han señalado varios oradores en la cuarta y quinta reunión de la comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, que se encuentra reunida en la Asamblea General de la ONU, desde el 14 del presente mes.
Diversos participantes coincidieron en que el financiamiento para el cambio climático a menudo no tienen en cuenta la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. Y para remediar esto, se pidió a la comunidad internacional que aumente la financiación para el cambio climático, para el medio ambiente y para el riesgo de desastres, teniendo en cuenta las cuestiones de género.
También se pidió que se realizaran esfuerzos para promover la plena participación y el liderazgo de la mujer en las medidas relacionadas con el clima, el medio ambiente, los océanos, la diversidad biológica y la reducción del riesgo de desastres, y que se fortalecieran sus capacidades mediante la formación accesible, las políticas y programas que tuvieran en cuenta las cuestiones de género.
Durante las discusiones se reiteró la preocupación de que no se cumpliera la promesa de los países desarrollados de proporcionar $100 mil millones en el año 2020 para el tema del cambio climático. A tal efecto, los oradores señalaron que el cambio climático plantea una amenaza existencial para los pequeños Estados insulares en vías de desarrollo, lo cual representa un “código rojo para la humanidad”.
En el futuro, la perspectiva de género debe ser parte de los programas para el cambio climático, el diseño e implementación de estrategias de reducción del riesgo de desastres, así como los planes de recuperación. Además, los expertos resaltaron que el financiamiento para el cambio climático en cuanto a actividades de adaptación y mitigación, debe incluir medidas que apoyen a empresas propiedad de mujeres en las economías verde y azul, con una inversión en la recopilación de estadísticas y datos específicos de género sobre la relación entre género y el cambio climático.
Algunos ponentes hablaron también sobre la importancia de no olvidar a los grupos de mujeres más vulnerables cuando se trata de respuestas inclusivas. Las mujeres de edad avanzada siguen siendo en gran medida invisibles e ignoradas en la elaboración de políticas y programas y para frenar este fenómeno, los mismos instaron a los organismos de las Naciones Unidas, en particular a la entidad encargada de la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU-Mujeres), a recopilar y desglosar sistemáticamente datos por edad y género, en particular de las mujeres más allá de sus años reproductivos.
A lo largo de estos debates, hicieron uso de la palabra los representantes de Irán, Islandia, Uzbekistán, Serbia, los Países Bajos, Turquía, Egipto, Marruecos, la República de Corea, Austria, Suecia, Liechtenstein, Finlandia, Nueva Zelandia, Francia, Kazajstán, Alemania, Jordania, Irlanda, Omán, Portugal, Israel, Trinidad y Tobago y Luxemburgo.