La situación humanitaria en el continente ha sido calificada de preocupante debido a fenómenos como el cambio climático, los conflictos y las catástrofes naturales. Esto ha provocado una oleada de refugiados y desplazados internos, que exigirá a los jefes de Estado y de Gobierno una profunda reflexión en busca de soluciones concretas.
Angola considera que la respuesta a los problemas actuales implica la movilización de recursos que deben dirigirse a acciones preventivas y a la promoción de la resiliencia entre las comunidades locales. El ministro del Interior, Eugénio Laborinho, que ha encabezado la delegación angoleña en las reuniones del Consejo Ejecutivo de la Unión Africana, ha defendido la inmediata puesta en funcionamiento de los órganos y agencias de la organización, teniendo en cuenta su «importancia para recoger los datos necesarios para combatir las consecuencias aliadas a la cuestión migratoria y humanitaria en el continente».
La comisaria de la Unión Africana para la Agricultura, el Desarrollo Rural y la Economía Azul, Josefa Sacko, ha informado que se han movilizado 1.500 millones de dólares para el fondo destinado a cuestiones de emergencia para apoyar a los agricultores de África, de modo que el continente pueda tener soberanía alimentaria.
«Los campesinos cultivan, pero basta con que haya inundaciones para que pierdan toda su producción. Por eso es bueno que movilicemos recursos para apoyar a los agricultores o a las familias en momentos de crisis climática», ha declarado Josefa Sacko a la prensa angoleña en Malabo.
La Cumbre Humanitaria precede a otro evento de alto nivel, en el que los jefes de Estado crearán mecanismos para desalentar los cambios inconstitucionales de gobierno (golpes de Estado), el terrorismo y el extremismo violento que se extiende en el continente.
Al respecto, Angola defiende la adopción de medidas enérgicas e integrales que deben incluir la responsabilidad política, económica y penal, entre otras.