Ayer viernes se celebró en Riad, la Cumbre Económica Arabia Saudí-África, cuya ceremonia de inauguración fue presidida por el príncipe heredero del Reino de Arabia Saudí, Mohammed Ben Salman Ben Abdelaziz Al Saud y contó con la presencia de dirigentes y jefes de delegación de varios Estados africanos.
Obiang Nguema Mbasogo, presidente de la República, encabezaba la delegación de Guinea Ecuatorial que asistió a este acto.
En un mundo caracterizado por retos globales como la crisis económica mundial, los conflictos armados, la crisis sanitaria, la seguridad alimentaria, la crisis humanitaria, el terrorismo y el mercenarismo, el continente africano y Arabia Saudí se reunieron en Riad para establecer un marco de cooperación.
La nueva asociación África-Arabia Saudí consiste en establecer una cooperación estratégica entre las partes en los ámbitos de la economía y la inversión, el desarrollo y la estabilidad de los países del continente, reforzando la cooperación en los sectores económico y comercial para estimular el crecimiento socioeconómico y promover el empleo de los jóvenes de ambas partes.
A este respecto, las dos partes debatieron cuestiones de interés común en ámbitos clave de cooperación como la agricultura, la energía, la sanidad, la educación y el medio ambiente, con vistas a alcanzar objetivos de desarrollo sostenible que coincidan con la Agenda 2063 de la UA.
Esta Reunión de Alto Nivel también ha servido de marco para definir las áreas de cooperación con el fin de alcanzar una visión común y avanzar en la consolidación de las relaciones bilaterales y multilaterales.
Al termino de los debates, el comunicado final de la conferencia Saudí-África recoge en líneas maestras que, Arabia Saudí invertirá hasta 2030 más de 40.000 millones de dólares en proyectos de desarrollo y de asociación con varios países de África, tras sellar varios acuerdos durante la Cumbre Saudí-Africana celebrada este viernes en Riad con la participación de jefes de Estado del continente.
El Reino Árabe destinará más de 25.000 millones de dólares a diferentes áreas de inversión en África para potenciar su presencia en el continente. Asimismo, el Fondo Saudí para el Desarrollo financiará varios proyectos de desarrollo por valor de 5.000 millones de dólares, mientras que desembolsará otros 10.000 millones para la financiación de otras iniciativas del ámbito cultural, medioambiental y tecnológico. Estas inversiones se prolongarán hasta 2030, fecha en la que Arabia Saudí tiene previsto aplicar su hoja de ruta específica para reducir su dependencia económica del petróleo, reforzar su sector privado y desarrollar sus relaciones comerciales no petroleras con el mundo.
En su discurso inaugural, el príncipe heredero y primer ministro del Reino, Mohammed bin Salman, recordó que en los últimos años, el rico país del Golfo Pérsico ya ha aportado más de 45.000 millones de dólares para proyectos humanitarios y de desarrollo en 54 países africanos.
En este sentido, expresó su deseo de reforzar las relaciones económicas y políticas con el continente, y anunció que su país aumentará el número de embajadas en África a más de 40, sin dar más detalles. También afirmó su voluntad de apoyar soluciones innovadoras para hacer frente a la deuda de los países africanos, al tiempo que defendió el derecho de los países a desarrollar sus propios recursos y capacidades.
En este contexto, añadió que Arabia Saudí apoyaba la adhesión de la Unión Africana al mecanismo del G20. En la Cumbre Saudí-Africana también se firmaron más de 50 acuerdos y memorandos de entendimiento en los ámbitos del turismo, las finanzas, la energía, las energías renovables, la minería, la agricultura, el agua y las comunicaciones.