Según el diplomático ecuatoguineano, la falta de dicha reforma no solo socava la credibilidad y legitimidad del Consejo, sino que también limita su capacidad para mantener la paz y seguridad internacional. Guinea Ecuatorial se adhiere firmemente a la posición común del Grupo Africano, que aboga por una representación adecuada en el Consejo. Esta postura se refleja en el Consenso de Ezulwini y la Declaración de Sirte, que demandan: Dos Asientos permanentes para África, con todas las prerrogativas, incluido el derecho a veto.
El representante permanente enfatizó que África no puede seguir ausente en los debates cruciales que afectan su desarrollo. La necesidad de corregir la injusticia histórica contra el continente es apremiante, y se ha destacado el consenso general para tratar a África como un caso especial en el proceso de reforma.
Ndong Mba también criticó el uso arbitrario del poder de veto por parte de los cinco miembros permanentes, señalando que esto ha llevado a un estancamiento en el Consejo. A pesar de los cambios geopolíticos de los últimos 80 años, el Consejo de Seguridad ha permanecido inmóvil, lo que afecta su eficacia y legitimidad frente a los desafíos globales actuales.
Durante el debate, un total de 63 delegaciones, incluida Guinea Ecuatorial, expresaron su preocupación por la incapacidad del Consejo para cumplir con su misión fundamental. El llamado es claro: se requiere una reforma que permita al Consejo abordar los desafíos globales de manera efectiva y equitativa, sin dejar a nadie atrás en el proceso. En resumen, Guinea Ecuatorial reitera la necesidad de una transformación estructural del Consejo de Seguridad para garantizar que cumpla con sus responsabilidades en un mundo cada vez más multipolar.
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