A lo largo de la historia, Guinea Ecuatorial y sus habitantes nunca habían experimentado algo igual a lo que ocurrió en la ciudad de Bata el pasado 7 de Marzo de 2021, donde más de 105 ciudadanos, entre hombre, mujeres y niños perecieron bajo los escombros después de unas explosiones en el campamento militar de Nkoantoma. Desastre que también ha causado repentinos cambios no solo ambientales, también ha afectado la vida económica, social y física de las personas.
Con todo lo que ha conllevado esta situación tan difícil, el equipo de psicólogos del hospital de salud mental y la Fundación Constancia Mangue Nsue Okomo que se trasladó a Bata después de las explosiones, ha presentado el informe situacional de los afectados, después de permanecer más de un mes en la parte continental del país.
Según el informe, en 45 días, alrededor de 746 personas recibieron asistencia, 315 de ellas son mujeres y 431 hombres. En total, se destaca 425 menores de 15 años y 321 adultos. La asistencia psicológica se centraba tanto en los ingresados en los diferentes hospitales como en los que lo habían perdido todo.
Aunque los facultativos hayan manifestado que los pacientes ya se encuentran bien, ya que hay bastante gente que han sido dados de alta, sin embargo, la psicóloga Olga Lidia Díaz ha señalado que la evolución de los pacientes va a depender en primer lugar de la propia persona, es decir, las propias características de los síntomas que presente.
“Fue un accidente muy lamentable, lo que tratamos con las intervenciones es evitar el trastorno postraumático. Encontramos a personas que con pocas intervenciones, ya luego los síntomas remitían, esto depende de la propia personalidad de la persona, de cómo era antes”, ha señalado la Psicóloga.
Los estudios señalan que los efectos pueden ser aún más graves, nunca habían vivido semejante situación. Lo mejor en esta situación es que el equipo de médicos seguirá dándoles asistencia, pudiendo planificar el regreso de una parte del equipo al lugar de los acontecimientos.