Afrontar las necesidades y los gastos del hogar sigue siendo una de las mayores preocupaciones de las familias ecuatoguineanas; una realidad que suele ser aún más cruel cuando no se tiene ningún tipo de actividad que genere ingresos y reflexionando al respecto, hemos conversado con Cristina Ripeu Siale, viuda y madre de 7 hijos quien cuenta que gracias a su mesa de ingredientes, está pagando el transporte escolar de sus hijos. Ripeu Siale perdió a su marido hace poco y con su negocio de hortalizas está sufragando algunos gastos del hogar. “Cuando vendo algo, voy a la abacería y compro comida. Mi hijo mayor trabaja como conductor en la radio, pero no cobra gran cosa; puedo decirte que este negocio es el que me ayuda a cubrir muchas de las necesidades que tenemos en casa”, explica la mujer.
El testimonio de María de los Ángeles Nchama de aproximadamente 60 años, madre de 8 hijos y 14 nietos también nos ha llamado mucho la atención. María de los Ángeles tiene su negocio de hortalizas en el barrio Paraíso, justo frente a la discoteca IMANI desde hace 6 años y nos cuenta que su marido dejó de trabajar hace bastante tiempo, y ahora toda la familia depende de su actividad. “Desde que se jubiló mi marido, casi todos los gastos de la casa corren a mi cuenta. La pensión mensual que recibe no alcanza. Cinco de mis ocho hijos son mujeres y cuatro de ellas con hijos. Todos viven en mi casa y cualquier cosa que pasa me miran a mí y no trabajo en ninguna parte. Vender frutas e ingredientes es lo que me da dinero; esta es la cruz que me ha tocado cargar, ya no puedo quejarme”, afirma la señora.
Pero, ¿Qué tan rentable puede ser este negocio? Para responder a esta pregunta, hemos hablado con el economista Epifanio Miguel Nguema quien explica que “en negocios iguales, hablamos de un sector informal. Es como vender ropa usada o yuca…, son actividades informales y es difícil hablar de rentabilidad en estos sectores. Lo que obtienen esas madres son más bien ingresos de subsistencia, es decir, lo que ganan solo les da para comer, pagar la luz, la escolarización de sus hijos, y poco más. Ellas no emplean ninguna estrategia de venta, son tipos de negocios que solo te permite sobrevivir en tu día a día, pero no te generan un rendimiento que puedes multiplicar para aumentar tu capital”. Asegura, mientras continúa diciendo que “esto se explica mejor en la ecuación de consumo, donde hay un consumo que se llama consumo autónomo o inicial, es decir, que aun no teniendo dinero, siempre va a existir la actividad. Estos negocios no dan para más”. Añade.
“Sin embargo, existen casos especiales en los que alguien te dice que empezó vendiendo ingredientes, y gracias a ese dinero, ahora ha podido abrir tiendas de ropa. Puede ocurrir, por supuesto, pero en este caso cuenta mucho la cantidad de dinero o el capital con el que se inició el primer negocio, y es atendiendo a las ayudas que también puede recibir la persona. Por ejemplo, viene un hermano o hijo suyo y le pone un 500 mil Francos CFA, para comprar digamos, un saco de ropa usada… Si la persona reduce sus gastos al máximo, puede dar el salto al que nos estamos refiriendo”. Continúa Epifanio Miguel.
Y, para concluir el economista ha señalado que “la actividad económica de esas madres es de subsistencia, es decir, que solo les permite cubrir sus necesidades básicas y su rentabilidad no se puede mirar a nivel empresarial, porque es un sector informal y no afecta en lo mínimo a la economía del país”, concluye el funcionario de la Dirección General de Presupuestos y Contabilidad Pública en la Delegación Regional del Ministerio de Hacienda y Presupuestos en Bata.