Las investigaciones policiales han concluido que este grupo de jóvenes se dedica a agredir a los ciudadanos a su salida de los bancos, también han confirmado que no es la primera vez que los implicados cometen estos actos delictivos revelando que en sus registros obran varias denuncias con el mismo modus operandi. Los agentes también han señalado haber descubierto que la matrícula del coche con el que los atracadores siguieron a su víctima hasta su destino (Clínica Virgen de Guadalupe), pertenece al vehículo de un Coronel fallecido hace unos años.
En sus declaración, la víctima ha explicado que en la tarde que fue atracada, ella salía del banco junto con su compañera, la cual se quedó en el ministerio de Sanidad, mientras continuó su ruta hasta la clínica Virgen de Guadalupe. “En la misma puerta de la clínica es cuando viene un chico detrás mía y se lleva mi mochila. Cuando me giro, el chico ya había entrado en el coche que le estaba esperando al otro lado de la carretera”, ha dicho la víctima antes de añadir que no pudo ver la matrícula del vehículo que llevaban ellos, ya que en su parte trasera no llevaba una placa de matrícula: “solo sé que el coche era de color blanco”. Afirma.
Por su lado, Antonio Ndong, uno de los presuntos asaltantes quien actualmente se encuentra en las dependencias policiales, primero se ha quejado de ser el único al que toman declaración, antes de confesar que es la primera vez que incurre en este tipo de operación. “Éramos tres personas. Me llamó Deco a eso de las 13:00 a 14:00 horas estando yo en mi casa. Me dijo que estaba en frente del ministerio de Trabajo, y me pidió que le encontrara ahí, pero no me dijo exactamente lo que iba a hacer, solo me dijo que le encontrara y que era urgente. Cogí mi coche y me fui al lugar y le encontré con otro chico” decía.
Los tres tomaron el coche de Antonio Ndong, para perseguir al de la víctima y cuando ella aparcó cerca de la clínica aprovechó Deco, (quien ya se encuentra en la cárcel pública de Black Beach), en quitarle el bolso a la mujer. “En el bolso habían 300.000 Francos, al menos es lo que me dijeron. Me dieron 100.000 Francos y luego dijeron que íbamos a blindar los cristales del coche para no ser identificados. Les dije que no lo podía hacer, porque el coche no era mío y yo era el que estaba en peligro, porque soy el conductor. Dentro del bolso también había un ordenador. Después de repartir el dinero me pidieron que les dejara en el barrio Santa María, donde se quedaron”. Concluyó.
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