El sábado, 16 de julio de 2005, sobre las 8:00 horas, un avión de la compañía Air Equateur se estrelló poco después de despegar del aeropuerto de Malabo, donde salía la aeronave con destino a la ciudad de Bata y con 85 personas a bordo. El aparato se precipitó contra los bosques del Distrito de Baney, localizado a unos 35 kilómetros de Malabo, capital de Guinea Ecuatorial.
Después de informar sobre lo ocurrido, de inmediato se procedió a la búsqueda del aparato, hasta que finalmente los servicios de rescate encontraron sus restos gracias a un helicóptero de una compañía petrolífera estadounidense. Todos los cuerpos recuperados en este primer siniestro que conocía el país, recibieron un funeral de Estado y fueron enterrados en un lugar especial en el Cementerio Municipal de Elá Nguema.
Después de casi dos décadas, el recuerdo de aquel siniestro permanece intacto en la memoria de muchos ecuatoguineanos.
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