Los institutos forenses son responsables de realizar los análisis científicos oportunos y determinantes, para la resolución de muchos casos de criminalidad, y su trabajo empieza desde la realización de análisis de ADN hasta la toxicología. Estos institutos proporcionan pruebas objetivas, para determinar la culpabilidad o la inocencia de un sospechoso de un caso criminal. De modo que, por falta de su intervención, muchas investigaciones se ven estancadas o en su caso, se llegan a conclusiones erróneas.
Desafortunadamente, en nuestro país -Guinea Ecuatorial-, los casos de hallazgo de cadáveres en circunstancias extrañas, cuyas imágenes suelen ser difundidas por los medios de comunicación, así como las diferentes redes sociales, donde en el lugar de los hechos se acostumbra ver a unos supuestos médicos forenses, quienes suelen encargarse de certificar la muerte, pero hasta ahí se limita su trabajo, ya que los mismos no realizan un análisis exhaustivo a estos cadáveres, para determinar con certeza las causas de la muerte. Por eso, no resulta extraño que a falta de una explicación científica sobre tales casos, los ciudadanos por intuición o por otras emociones, prefieran atribuir dichas muertes a la brujería u otro aliado de la incertidumbre.
La labor forense no solo se limita a la recolecta de pruebas, sino que también incluye la elaboración de informes técnicos que son presentados en los tribunales. Estos informes son vitales para que los jueces y jurados comprendan con evidencias científicas la relevancia del caso, ya que la precisión y la integridad de estos informes son fundamentales para garantizar un juicio justo.
La existencia de institutos forenses en un país actúa como un elemento disuasorio para la delincuencia. La certeza de que las evidencias serán obtenidas de manera rigurosa y que los culpables serán llevados ante la justicia puede desincentivar a potenciales criminales. En este sentido, además de su función investigativa, los institutos forenses también desempeñan un papel educativo, porque ofrecen talleres o cursos de capacitación a profesionales en diversas disciplinas; desde la policía hasta abogados y jueces, asegurando que todos los actores del sistema de justicia comprendan la importancia de la evidencia forense y su correcta interpretación.
Por esta razón, resulta conveniente promulgar una ley para la creación de institutos forenses en el país, para que los ciudadanos dejen de especular sobre las causas de las muertes de sus familiares u otras personas cercanas.
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