Crisantos Abeso Angue, propietario del negocio no autorizado de venta de combustible en el barrio Timbabé 2 de esta ciudad capital, fue interrogado por la Policía Judicial y compartió su versión de los hechos. Según su relato, el camión llegó para cargar combustible y, de repente comenzó el fuego. «Estábamos dentro de nuestra base y de pronto vimos que el fuego ya había comenzado. Busqué al camionero, pero no estaba cerca. Intenté mover el camión, pero era imposible. Con el fuego avanzando, tuve que saltar y dejarlo», explicó.
Abeso Angue admitió que su negocio, aunque ilegal, era la fuente de sustento para muchas familias en la zona. «Compramos el combustible en Total con facturas, pero no teníamos los permisos necesarios», confesó. En medio de su angustia, pidió perdón a sus vecinos, a la Comunidad y al Gobierno por el trágico incidente, enfatizando que también ha perdido todo, incluidos sus dos vehículos. «Vengo a pedir perdón y ayuda, tanto para mí como para mis vecinos afectados», concluyó, reflejando el dolor y la desesperación que siente tras el desastre.
Este suceso resalta la necesidad de abordar la regulación de negocios de combustible para evitar futuras tragedias. El incendio ocurrido el pasado lunes, 28 de octubre cobró la vida de un nigeriano y causó la pérdida de varios inmuebles y otros bienes propiedad de los vecinos de la comunidad. Según declaraciones de los testigos y vecinos, el propietario del negocio huyó minutos después del inicio del siniestro. Además, pese a la prohibición de venta de combustible, la vecindad afirma que éste abrió el puesto con aparente inmunidad, ignorando cualquier advertencia sobre el peligro que representaba.
Tras las denuncias presentadas por varios afectados, quienes perdieron propiedades valoradas en millones de francos, la Policía inició su búsqueda y fue detenido un día después, y se le acusa de homicidio involuntario, lesiones físicas, daños a la propiedad y otros cargos adicionales que podría enfrentar.
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