Los testimonios de varios ciudadanos coinciden en señalar que fueron abordados por grupos de jóvenes armados con machetes y cuchillos, quienes les despojaron de todas sus pertenecías; desde aparatos electrónicos hasta dinero en efectivo. Y, aunque algunas víctimas reconocen haber tenido la suerte de no sufrir daños físicos, sin embargo, otros como el ciudadano camerunés de nombre Alvin, han bailado con la indeseable, dado que ahora mismo, tiene el dedo pulgar de su mano casi cortado, y está impaciente por conocer el resultado de la sutura que le han puesto en su herida, por si consigue mantener su dedo pegado a su mano.
Alvin comenta que el sábado, 16 de noviembre sobre las 23h00 (11 de la noche), mientras pasaba por el sendero que comunica las zonas de Buena Esperanza (1) con Buena Esperanza AA; un grupo integrado por más de cinco jóvenes, quienes se cruzaron por su camino y le atacaron. La víctima añade que en su intento de negociar, le respondieron a machetazos, y cuando intentó proteger su cabeza, este gesto de instinto de supervivencia le costó graves heridas en la mano, siendo la más crítica la de su dedo pulgar, que no sabe si podrá conservarla. Él regenta una pequeña sastrería en la zona de Buena Esperanza, con la que sustenta a su familia, pero actualmente no puede trabajar por el dolor de las heridas.
Hablando con Alvin, nos comentó que tuvo la información de que, en aquella misma noche, más de cuatro personas sufrieron atracos en la misma zona; uno de los entornos con menos alumbrado público. Los vecinos de la zona comentan que el alumbrado público en esta zona no funciona desde el año 2019.
Testimonios similares de personas que pasaron por lo mismo, en la zona de Timbabé, donde Miguel y José nos han compartido que el jueves, 24 de octubre y a plena luz día; un grupo de jóvenes –todos vestidos de trajes deportivos-, les rodearon en el lugar, amenazándoles con machetes y cuchillos que escondían bajo sus pantalones. “No nos dijeron nada, nos rodearon, dos de ellos sacaron sus machetes y nos mostraron sus manos, enseguida entendimos que debíamos darles todo lo que llevábamos, y así lo hicimos”, comenta Miguel, quien lamenta que les cogieron los teléfonos móviles y el dinero que ya habían recaudado durante su ronda de cobro de canales por cable. «Gracias a Dios, no nos hirieron daño», concluye José.
Este fenómeno va aumentando notablemente en casi todos los barrios de Malabo y los vecinos temen que el miedo a ser atracado vuelva a convertirse en parte de su rutina diaria. Hace pocos años atrás, el país experimentó una época de violencia como la que ahora se asoma y que nadie quiere volver a vivir. Fue justo con el surgimiento de la banda de delincuentes apodada «Ocho machetes», la cual fue abortada gracias a la contundencia del plan de seguridad ciudadana que implementó el Vicepresidente del país, Teodoro Nguema Obiang Mangue.
El temor y la impotencia van en aumento, lo que ha llevado a la comunidad a exigir una mayor presencia policial en todas las zonas, para frenar este brote.
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