La sección de información o recepción en las instituciones públicas y privadas ejerce un papel que no podemos subestimar; al ser el primer punto de contacto entre el público y la institución, o sea, el lugar donde se establece la primera impresión, y donde se espera recibir la orientación necesaria para realizar trámites y/o diligencias. Sin embargo, esta sección no está funcionando correctamente en el país, lo cual genera bastante frustración en los ciudadanos.
El deber de esta sección es proporcionar información básica a los visitantes: como horarios o procedimientos que puedan guiar a las personas en su interacción con la institución. En cambio, en nuestra Administración es recurrente encontrar estos puestos vacíos o con un personal aparentemente incapacitado, para atender adecuadamente a los visitantes. Y, esta deficiencia además de ser decepcionante, también crea un clima de desconfianza hacia dichas instituciones, las cuales se supone deben servir a la ciudadanía.
El ciudadano llega a una institución con la esperanza de satisfacer algún trámite, pero, en lugar de ser recibido y atendido como es debido, muchas veces se encuentra con un puesto de recepción vacío o con un empleado que no tiene la mínima idea de cómo orientarlo. Esta experiencia no solo es frustrante, sino que también lleva a la persona abandonar el lugar sin haber satisfecho su trámite.
La situación se agrava aún más cuando los responsables de la recepción no muestran interés en ayudar. En lugar de ofrecer asistencia, desafortunadamente algunos empleados suelen mostrar mayor interés en sus teléfonos móviles o en conversaciones interminables con sus compañeros, lo que supone una falta de respeto y de profesionalismo inaceptables. Esta lacra ilustra la necesidad de mejorar el servicio de atención al público en nuestras instituciones.
En este sentido, resulta imperativo que las instituciones tomen medidas para mejorar sus servicios de recepción, con la capacitación del personal, así como la implementación de protocolos claros que garanticen que los ciudadanos puedan recibir la atención que se merecen. Además, es necesario establecer mecanismos de supervisión que aseguren que estos espacios cumplan con su función de manera efectiva.
La sección de información o recepción es un reflejo de la eficiencia y la profesionalidad de cualquier institución. Cuando estas áreas no funcionan correctamente, se crea un ambiente de desconfianza y frustración que afecta el correcto desempeño de las actividades de toda la organización.
Conviene que las instituciones públicas y privadas asuman la responsabilidad de mejorar sus servicios de atención al público, porque el éxito de estas estructuras estriba en satisfacer al ciudadano, por lo tanto, mejorar el servicio de atención al público en estas entidades debería constituir una prioridad, porque la recepción no debe ser una sección de mera decoración, sino un puente hacia la eficiencia.
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