Aunque el dato parece chocante a primera vista, pese a no tener ningún rigor empírico, el resultado muestra dos cuestiones profundas sobre la realidad de nuestra sociedad: la pérdida de valores culturales y cómo esta condición de vida disoluta afecta a los jóvenes.
El experto en economía y analista social deja claro que el sondeo realizado no es un reflejo representativo de la población, lo que hace que el resultado en sí no sea la cuestión principal, sino la intención detrás de él. La metodología empleada priorizaba conocer la opinión de un grupo reducido de personas sobre un tema concreto.
“Para que se entienda, el objetivo fueron las chicas y la pregunta ofrecía únicamente dos opciones: cavar o relaciones sexuales. ¿Qué pasa con otras alternativas, como estudiar, emprender o cualquier otro trabajo? ¿Puede esta falta de opciones y el diseño cerrado haber influido en las respuestas?”, pregunta.
El informe anual de la ONU presentado entre 2019 y 2020, refleja que el 53,5% de las mujeres en el mundo con acceso al trabajo no participan en el mercado laboral. Esto crea una brecha de oportunidades que muchas veces lleva a situaciones extremas, especialmente en países donde el trabajo sexual no está regulado. En esas sociedades, donde cobrar por sexo está mal visto, cavar, por ejemplo, puede parecer agotador y poco atractivo, especialmente si no hay un contexto positivo para valorar este esfuerzo. En cambio, la sexualización de las mujeres está presente en las redes sociales y en muchos otros espacios, lo que lleva a pensar en el cuerpo como una herramienta para ganar dinero.
Por otro lado, en países donde el trabajo sexual es legal y está regulado, como Alemania, donde existe la Ley de Protección a las Personas que ejercen la prostitución (Prostitutionsgesetz), este tipo de trabajo se considera una profesión legítima, lo que podría explicar respuestas más abiertas y menos estigmatizadas.
¿Qué significa esto para los jóvenes?
En muchos lugares, las mujeres, especialmente las jóvenes, enfrentan barreras para acceder a educación y trabajos bien remunerados. Conociendo el entorno en el que vivimos, donde aún se valora a las mujeres por su apariencia física, el mensaje del sondeo llega con fuerza a los jóvenes, especialmente con el auge de redes sociales que refuerzan estas dinámicas.
“El 80% entiende que el dinero a cambio de sexo es más fácil que a cambio de cavar. ¿Qué opción elegirías si se introdujese estudiar filosofía? ¿Y economía? El hecho de haber limitado la respuesta puede estar dándonos una idea de cómo vemos las relaciones personales, reduciéndolas a meros intercambios en lugar de algo basado en el afecto o el respeto mutuo”, explica.
Entonces, ¿qué podemos hacer?
Este tema nos muestra que hay mucho por mejorar como sociedad. “Es esencial que los jóvenes tengan acceso a una educación integral que incluya igualdad de género, sexualidad responsable y opciones laborales. Invertir en educación y empleos dignos puede cambiar por completo la percepción de lo que es posible para las chicas. Hay que crear espacios donde temas como el trabajo sexual o las relaciones personales puedan discutirse abiertamente, sin juicios ni estigmas. Necesitamos una sociedad que valore a las mujeres por su capacidad y talento, no solo por su apariencia”, asegura.
Constantina Bindang, licenciada en Estadística Aplicada, sostiene en un artículo publicado en este medio en enero de 2021, que “tanto las mujeres como los hombres debemos ganarnos los puestos por lo que valemos, y no ocuparlos por el mero hecho de pertenecer a un género”. ahoraeg.com/sociedad/modelo-de-mujer
“Se debe cambiar lo que refleja esta realidad. Necesitamos empezar con nosotros mismos, nuestras creencias y las oportunidades que ofrecemos a las nuevas generaciones. Solo así podremos construir una sociedad donde las decisiones de los jóvenes no estén condicionadas por la desesperanza”, concluye el Doctor Pablo Nguema.
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