El emprendimiento de mamá Alao Rouka se centra en la venta de bocadillos con alubias y huevos hervidos, una actividad que comenzó en 2009. Sus clientes habituales son los estudiantes de la UNGE y los residentes del barrio Campo Yaundé (Ñumbili). Con sus sabrosos bocadillos, Mamá Alao se ha convertido en una fuente vital de alimentación para los universitarios. “Mis primeros clientes, que eran estudiantes de esta universidad, ahora muchos son jueces y periodistas. Algunos siguen pasando aquí y me preguntan: ‘¿Mamá, sigues aquí?’”, comparte con orgullo Alao Rouka, quien ha visto crecer a más de tres generaciones de estudiantes que, a menudo, salen de casa sin haber comido.
Los precios de sus bocadillos varían según los ingredientes. Un pan de alubias simple cuesta 100 XAF, mientras que un bocadillo de alubias con huevos lo vende a 300 XAF. Si es solo de huevo, el precio es de 200 XAF. Además, Mamá Alao también ofrece jugos de elaboración propia como el famoso “ozei”, un jugo rojo elaborado con hojas de Jamaica, agua y azúcar. Este jugo, que se disfruta con pan, tiene un precio que oscila entre 100 y 500 XAF, dependiendo del tamaño de la botella.

La perseverancia de Mamá Alao Rouka.
Alao Rouka llegó a Guinea Ecuatorial en 2007 con la esperanza de encontrar una vida mejor. Al principio, emprendió un negocio de venta de cremas, pero tras dos años de escasas ventas y altos gastos, decidió cambiar de negocio enfocándose en la venta de bocadillos. Sus primeros clientes fueron los vecinos del barrio, y aunque los ingresos iniciales no eran los esperados, nunca perdió la fe en su capacidad emprendedora.
Al pasar un día por el Campus Central de la UNGE en Malabo, Alao Rouka encontró un espacio ideal para su negocio. En conversación con uno de nuestros reporteros, Mamá Alao Rouka ha reconocido que actualmente ha mejorado sus pequeños ingresos diarios, lo cual le ayuda sufragar sus gastos personales y apoyar a su familia en la medida que le permiten sus ingresos. También se ha sincerado con Fernando Ferry confesando que su objetivo es claro: trabajar arduamente y con el tiempo, regresar a su Benín natal.

Mamá Alao Rouka Abéni no solo ha alimentado a los estudiantes de la UNGE, sino que también ha tejido una red de recuerdos y conexiones que perduran más allá de sus bocadillos. Su historia es un testimonio de perseverancia y dedicación en la búsqueda de un futuro mejor.
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