Al estrado del tribunal del juicio del Caso SEGESA subía este martes, 18 de febrero, Agustín Otogo Abeso, ex Cajero General de SEGESA en la Región Insular. El ex empleado de la firma paraestatal es acusado de cometer presuntamente los delitos de malversación y abuso de funciones en el seno de la firma energética.
Preguntado por la Fiscalía si recibió instrucciones de pagar 3 millones al Director General, el imputado respondía que “sí”, justificando que ese dinero se ha desembolsado desde que trabaja en los servicios financieros como un derecho que le corresponde al director por los servicios de la dirección. Los fondos de funcionamiento son un dinero que se destina para cubrir gastos de operación en la dirección general de la empresa, es decir, se destina para la dirección general y no para el director, según recogen los estatutos de funcionamiento de SEGESA. Sin embargo, según ha explicado José María Ondo Oyono, quien fuera Director General Interino durante un periodo, “cada director utiliza estos fondos a su manera”.
“Todos los directores generales cobraban ese dinero según los estatutos de funcionamiento de la empresa; no fue algo inventado por nosotros. A parte de su salario, se les tenía que dar 2 millones por derecho de funcionamiento de la dirección general. Al director Juan Lupercio le dimos los 3 millones porque pasamos varios ejercicios sin pagarle ese dinero”, explica Agustín.
En relación a los cobros a los abonados sin la aplicación de los circuitos administrativos correspondientes, una cuestión que también le ha sido formulada por la Fiscalía, el procesado respondía que “sí cogió a varios abonados”, admitiendo que cobró a Cine Rial y al Hotel Angue Ondo alrededor de 6 millones. Aclaraba durante su pronunciamiento que recibió ese dinero por órdenes de su jefe porque había necesidad en la caja y que, además, se había justificado. “Una vez que recibí ese dinero de esos clientes, les extendí un justificante”, dice. Agustín también ha admitido que desde que es cajero, “SEGESA siempre ha operado con su cuenta personal” para fondos fijos destinados a operaciones de la empresa.
En esta jornada también ha declarado Santiago Mongo Ona, quien era jefe de Recursos Humanos de SEGESA en la región Continental.
“¿Por qué los montos de las dietas estaban por encima de lo que establece el baremo?”, le pregunta la Fiscalía. “Nunca establecimos las dietas por encima de lo que se permitía”, responde, manifestando que todos los cambios que se efectuaron en la elaboración de las dietas “no estaban en su competencia”, ya que ese documento debía ser aprobado por la dirección o la coordinación regional. Santiago Mongo Ona también ha declarado que “tampoco le llegaban las solicitudes de reclutamiento; más bien, éstas eran trasladadas directamente a la dirección o coordinación”.
Volviendo a la administración de SEGESA en la Región Insular, subía al estrado Daniel Maye Asangono, ex Jefe de Recursos Humanos en la Región Insular. Acusado de haber cometido supuestamente malversación y abuso de funciones, Maye Asangono respondía a las preguntas de la mesa sobre cómo funciona el proceso de reclutamiento en la empresa. “Todas las solicitudes de empleo se dirigían al director general”, dice, explicando que este era el procedimiento que encontró. “Un jefe de Recursos Humanos no puede reclutar”, explica.
“¿Cómo procedió al descubrir que había empleados que cobraban sin trabajar?”, le pregunta el Ministerio Fiscal. “Esta información la elevé a la Dirección General y la decisión de suspender esos salarios debía tomarla la dirección”, expresa.
También han declarado Carlos Ndong Bacale, acusado por los supuestos delitos de malversación, abuso de funciones y abuso de bienes de interés general; y Eleuterio Edó Ela, procesado presuntamente por malversación y abuso de funciones en el seno de la empresa SEGESA.