Los vecinos y compañeros de caza, Salvador Mengá y Jesús Bicoro (el finado), estuvieron fumando cigarrillos minutos antes de comenzar su actividad, mientras planificaban su jornada. Ambos formaban parte del grupo de cuatro cazadores que faenaba regularmente en los bosques que separan los Distritos de Mbini y Niefang, quienes se subdividían en pequeños grupos de dos personas y tomaban direcciones opuestas.
El fallecido, Jesús Bicoro Eyi de aproximadamente 39 años, era natural de Misang Nkodjeiñ, perteneciente al Distrito de Ebibeyin, y con mucha experiencia en la caza de animales, aunque no era disparador nato de escopetas, sino se dedicaba más a las trampas convencionales, quien ejercía de ayudante del cazador, Salvador Mengá natural de Akua Ndong, esto en el Distrito de Akurenam.
Por su lado, el presunto autor de este caso de homicidio, Salvador Mengá explica que todo pasó muy rápido, tanto que no pudo identificar a su acompañante, al que según afirma Mengá, minutos antes le había dado unas instrucciones y la orden de esperar en un punto específico del bosque. «Le dejé sentado sobre el tronco de un árbol, y cuando miro allá vislumbraba una luz, sin saber que la linterna de la parte contraria cuando está apagada, y la tuya prendida eso provoca un efecto similar al destello del ojo de un animal y cuando miré otra vez, me pregunté ¿Qué es eso que se mueve detrás de las hojas? Minutos después, lo mismo se iluminaba en la oscuridad estando a un pequeña distancia y disparé». Afirma.
El autor confeso aseguró que intentó ayudar a su compañero Jesús, pero no valió la pena el esfuerzo ya que al instante el hombre ya había fallecido en medio de la selva virgen.
Tras lo sucedido y en medio de la oscuridad, Salvador Mengá dice haber logrado aproximarse hasta el punto de concentración, donde a través de sus gritos los otros dos compañeros llegaron de inmediato a su encuentro y luego fueron conducidos al puesto de policía más cercano para luego trasladarse hasta la Gendarmería Nacional de Mbini, y que al día siguiente, los tres cazadores restantes acompañados de unos efectivos de la Gendarmería fueron a recuperar el cuerpo del finado de la selva recorriendo más de 15 km hasta llegar a la carretera.
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