Twitter está bloqueado en China, así que los incendiarios mensajes que escribe el presidente americano, Donald Trump, acaban aterrizando con retraso en el gigante asiático, probablemente después de haber causado hondos estragos en los mercados occidentales.
A pesar de que la apertura de la principal economía asiática ha avanzado con ritmo marcial en los últimos años, los chinos tienen su propio ecosistema, sus exclusivas redes sociales y su particular ritmo. Su gigantesco mercado de casi 1.400 millones de habitantes (cuatro veces más que el de Estados Unidos) ha permitido la gestación de compañías tecnológicas, muchas de las cuales aún están en proceso de crecimiento, pero que amenazan con dar un giro sin retorno al actual reparto de poderes en el sector.
Las empresas estadounidenses siguen dominando el universo tecnológico internacional. De manera incontestable, Microsoft, Amazon y Google son las mayores compañías del mundo por valor en Bolsa, pero comienzan a intuir la competencia que viene de Oriente. Por cada tecnológica americana, existe una réplica en el mercado chino, en forma de entidades que han crecido de manera exponencial en los últimos cinco años apoyadas por un mercado con su propia idiosincracia y con gigantescas barreras de entrada para las entidades extranjeras.
El Amazon chino, por ejemplo, es Alibaba, la empresa que protagonizó en 2014 la mayor salida a Bolsa de la historia en Wall Street. Desde entonces, el gigante del comercio electrónico fundado por Jack Ma casi ha duplicado su tamaño, hasta 400.000 millones de dólares.
Los consumidores chinos también utilizan su propio buscador de Internet: Baidu. La plataforma, muy similar a Google, cotiza en la Bolsa de Hong Kong, donde se valora en 40.000 millones de dólares. Incluso Uber se ve reflejado en su propio espejo asiático a través de Didi Chuxing, a la que los analistas dan una valoración de 56.000 millones de dólares, muy cerca de los 68.000 millones de dólares Uber.
Otro gigante chino del sector es Tencent, con una capitalización de cerca de 400.000 millones de dólares en la Bolsa de Hong Kong. Su filial de música en streaming, Tencent Music, cotiza desde finales del año pasado en la Bolsa de Nueva York, donde alcanza un valor de algo más de 22.000 millones de dólares.
Apple es la empresa estadounidense que más está sufriendo los estragos de la pujanza empresarial china. La euforia de los consumidores asiáticos por el iPhone convirtió al mercado chino en el segundo en importancia para la compañía californiana, por detrás de Estados Unidos.
Sin embargo, la ralentización de las ventas del teléfono estrella de Apple, la guerra comercial y la explosión de los fabricantes chinos de móviles en el exterior han desplazado al país a la tercera posición, detrás de Europa.
REDES MÓVILES
Y ha sido, precisamente, en el estratégico sector de redes móviles donde la guerra comercial de Trump está adquiriendo nombre propio. El mandatario ha prohibido a Huawei, el mayor fabricante chino de móviles, comprar componentes de compañías estadounidenses sin el permiso del Gobierno, lo que, en la práctica, se traducirá en que los nuevos teléfonos de la compañía no podrán contar con el ecosistema de Google.
Trump alega razones de seguridad nacional para incluir a Huawei en la lista negra, pero en su decisión también juega el enorme impulso que está registrando en todo el mundo la compañía (ha pasado de vender 20 millones de teléfonos en 2011 a más de 200 millones el año pasado) y su liderazgo en el desarrollo de redes móviles de nueva generación.
Además de Huawei, los fabricantes chinos Xiaomi y Oppo están creciendo a ritmos sin apenas precedentes. Xiaomi es ya el cuarto mayor fabricante del mundo en términos de unidades y sus ingresos se elevaron un 27% en el primer trimestre, gracias sobre todo a la solidez del negocio en los mercados exteriores. Oppo es otra operadora china de móviles que vende en el exterior y que ha logrado una importante cuota de mercado en Europa gracias a sus teléfonos en el segmento medio y de alta gama.
La situación queda así. De los cinco fabricantes que controlan el 70% del negocio mundial de móviles inteligentes (Samsung, Huawei, Apple, Xiaomi y Oppo), tres son chinos. Puede que la estrategia de Trump logre levantar una muralla temporal entre China y el resto del mundo, pero la gran marea asiática seguirá extendiéndose de manera irremediable.