Con el aumento de las temperaturas globales; unos fenómenos climáticos extremos están forzando a muchas familias a abandonar sus hogares. Las inundaciones, huracanes y el deshielo de los glaciares están desplazando comunidades en diversas partes del mundo.
El enfoque de estos científicos, conocido como geoingeniería, a menudo es objeto de controversia debido a sus posibles efectos secundarios. Generalmente, se considera una medida complementaria a la reducción de emisiones de carbono, en lugar de una solución alternativa. Una de las propuestas es reflejar la luz solar lejos de la Tierra antes de que caliente la superficie, un método denominado inyección de aerosol estratosférico.
Un reciente estudio sugiere que esta técnica podría implementarse utilizando aviones comerciales ya en operación, evitando así la necesidad de desarrollar aeronaves costosas para acceder a las capas más altas de la atmósfera. La inyección de aerosoles implicaría liberar pequeñas partículas en la estratosfera, la capa superior de la atmósfera que es seca y estable. Estas partículas ayudarían a dispersar la luz solar de regreso al espacio, disminuyendo la cantidad que llega a la superficie terrestre y contribuyendo al enfriamiento del planeta.
Cabe resaltar que investigaciones previas se centraron en la inyección de aerosoles a altitudes superiores a 20 kilómetros, un rango que supera las capacidades de la mayoría de los aviones actuales. Sin embargo, el nuevo estudio indica que inyectar aerosoles a aproximadamente 13 kilómetros, cerca de los polos, podría generar un impacto significativo. Esto sugiere que aeronaves como el Boeing 777, que puede alcanzar estas altitudes, podrían ser adaptadas para esta misión.
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