Los anticuerpos que se generan como respuesta frente a la infección por el SARS-CoV-2 perduran entre los seis y los doce meses después del contagio, protegen contra las diferentes variantes que circulan e incluso se potencian con las vacunas
Los investigadores han concluido que la inmunidad frente a la Covid puede llegar a ser duradera, tras demostrar que los antídotos contra la enfermedad continuaban desarrollándose de 6 a 12 meses y que se potencian cuando una persona recuperada recibe la vacuna.
En este estudio se analizó las muestras de sangre de 63 personas que se había n recuperado de la Covid en el año 2020. De este grupo 26 ya habían recibido al menos una dosis de las vacunas Pfizer y moderna. Después de haberse vacunado este grupo de población pasó a producir anticuerpos “altamente eficaces” contra las variantes que circulan desde el SARS-CONV-2.
Un año después de la infección, la actividad neutralizadora contra todas las formas del virus incluidas en este estudio era menor entre las personas que no habían sido vacunadas que en las que sí lo habían sido. Según los resultados de la investigación, sugiere que la vacunación aumenta la inmunidad en quienes ya han padecido la enfermedad.
Los investigadores han señalado también que si las células evolucionan de una manera similar en las personas vacunadas que no habían padecido la enfermedad, una vacuna “de refuerzo” programada de una forma adecuada podría ser capaz también de generar una inmunidad protectora contra las variantes del virus que circulan por el mundo.