La quimioterapia es la principal herramienta de la medicina para combatir los tumores. El problema de esta es que los efectos secundarios suelen ser evidentes y dolorosos, aunque los resultados hacen que no haya dudas en su utilización.
Pero en el campo de la medicina la innovación no se negocia, porque en términos de salud nunca se invierte el suficiente dinero ni se investiga lo suficiente, siendo el avance en las últimas décadas lo que corrobora esta teoría pese a lo mucho que queda por hacer.
Y, precisamente, es el campo de los tumores uno en los que se investiga con más dedicación, por lo que no es raro ver nuevas terapias y herramientas, como el caso del casco magnético que hoy nos ocupa
Investigadores en Estados Unidos han desarrollado Optune, un aparato en forma de casco que consta de tres imanes giratorios conectados a un controlador electrónico, alimentado por una batería recargable y que funciona a frecuencias de 200 kHz.
Este casco magnético se utilizó en un caso de glioblastoma, el tumor maligno más común del cerebro en adultos, que era intratable, para así comprobar si la terapia tenía efecto real sobre el tamaño de la masa tumoral.
El paciente, un hombre de 53 años, llevó el dispositivo durante cinco semanas en la clínica y después en su casa. Al principio durante dos horas al día, para después llegar a un máximo de seis horas diarias.
Pese a que el paciente falleció por otras causas, el estudio descubrió que la masa tumoral se había reducido en un 31%, por lo que las esperanzas en dicho tratamiento se han visto alentadas gracias a la demostración empírica de su efectivad.
Los investigadores creen que algún día el casco magnético será una herramienta más para combatir los tumores cerebrales sin necesidad de acudir a la radiación o quimioterapia.
Debido a que este tratamiento ha sido aprobado por la FDA para el tratamiento de uso compasivo, es cuestión de tiempo que comiencen a aparecer nuevos estudios sobre esta innovadora terapia.