El café ha pasado de estar demonizado a considerarse un aliado del corazón. Cada vez hay más evidencias de los beneficios de su consumo moderado, aunque hay algún matiz en cuanto a su preparación con cafeína o descafeinado.
Hasta hace poco tiempo se consideraba que el café era uno de los peores enemigos de la salud cardiaca. Esta visión ha cambiado en los últimos años a la luz de los múltiples estudios científicos que demuestran que esta bebida no solo no es perjudicial para el corazón, sino que puede incluso reducir la mortalidad cardiovascular y, con ello, promover una mayor longevidad. También revelan qué cantidad diaria de café se considera saludable y los efectos de sus distintas modalidades.
Una investigación publicada recientemente en la revista European Journal of Preventive Cardiology muestra que el consumo habitual de café, tanto descafeinado como molido e instantáneo, se asocia con una reducción significativa de los eventos cardiovasculares y de la mortalidad. No obstante, se observó alguna diferencia entre los distintos tipos de preparación; en concreto, solo el café molido y el instantáneo -pero no el descafeinado- se relacionaron con una reducción de las arritmias.
El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Melbourne (Australia), se basó en el análisis de los datos de 500 personas, a las que se hizo un seguimiento medio superior a 12 años. Se trata, según expone Pablo Toledo Frías, de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y cardiólogo del Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada, de “otro estudio de cohortes prospectivo con un gran número de pacientes que refuerza la evidencia sobre el beneficio del café en todas sus modalidades”. El experto advierte de que “este tipo de estudios tienen también sus limitaciones, como la inclusión de posibles sesgos, pero los resultados van en la línea de los últimos trabajos en los que parece que el café podría ser bueno para la salud”. En el ámbito cardiovascular, los últimos estudios relacionan el consumo de café en todas sus formas con una incidencia inferior de insuficiencia cardiaca e ictus, entre otras patologías.
¿Con cafeína o descafeinado?
A la cafeína que contiene el café se le han atribuido de forma inmerecida numerosos efectos negativos, algunos de los cuales son ciertos cuando se consume en exceso. En realidad, esta sustancia posee propiedades beneficiosas cuando se ingiere de forma moderada. “La cafeína es un estimulante que activa el sistema simpático, aumenta la concentración, tiene propiedades antioxidantes y mejora la sensibilidad a la insulina”, enumera Toledo. “También se ha visto un efecto antiarrítmico y vasodilatador por medio del bloqueo de receptores de adenosina”, agrega. “Todos estos efectos son beneficiosos para el organismo y puede que mejoren la salud cardiovascular”.
Sin embargo, hay personas que por distintos motivos son especialmente sensibles a la cafeína y también puede ser que no consuman ningún producto que la contenga por indicación expresa de su médico. Afortunadamente, pueden seguir disfrutando de las propiedades saludables del café en su modalidad descafeinada. Al fin y al cabo, el café posee más de 100 sustancias aparte de la cafeína que también se relacionan con el beneficio cardiovascular. “Por lo tanto, el café descafeinado es una buena opción para personas con problemas de insomnio, palpitaciones o que sean sensibles a la cafeína”, resume el representante de la SEC.
¿Cuántas tazas de café al día son buenas para el corazón?
La idea de que el café debe prohíbirse a las personas con enfermedad cardiovascular ha sido desterrada. Eso no quita para que los cardiólogos recomienden un consumo responsable a estos pacientes en particular, pero también al resto de la población. “Hay que recordar que el café es un estimulante que puede interferir con el sueño, empeorar la ansiedad y contribuir a elevar la tensión arterial si no está bien controlada”, incide Toledo.
En la actualidad, las guías de prevención cardiovascular de la Sociedad Europea de Cardiología señalan que hasta 3-4 tazas de café al día podrían no ser perjudiciales para la salud. “Por eso no hay una dosis ideal, dependerá de la sensibilidad que tenga cada persona a la cafeína”, resalta el cardiólogo.
No obstante, aconseja beberlo preferentemente por la mañana o a medio día, evitando las horas de la tarde-noche para interferir lo menos posible con el descanso nocturno.
Una buena noticia para los muy cafeteros que no tengan problemas cardiacos ni un alto riesgo de patología cardiovascular: hay estudios que relacionan el consumo de hasta 5 tazas de café diarias con una reducción de diversas enfermedades crónicas; entre ellas, las cardiovasculares.
Los autores de la investigación que se acaba de publicar en European Journal of Preventive Cardiology concluyen que el café en todas sus modalidades no solo no se debe desaconsejar, sino que ha de ser considerado como parte de un estilo de vida saludable.
¿A qué se deben los beneficios del café?
El café tiene un alto contenido en sustancias antioxidantes, como los polifenoles. Estos compuestos, que también se encuentran en muchos otros alimentos (frutas y verduras, sobre todo), es muy probable que influyan en gran medida en sus efectos beneficiosos.
Las propiedades saludables del café constituyen un ámbito de investigación muy activo, por lo que es posible que próximamente aparezcan nuevas evidencias científicas referidas a sus efectos sobre la mortalidad y la prevalencia de diversas enfermedades.
Tanto los cardiólogos como los expertos en nutrición resaltan que los beneficios cardiovasculares de esta bebida se enmarcan dentro de un patrón de alimentación y estilo de vida saludable. Muchos otros alimentos, así como la práctica de ejercicio físico regular, influyen igualmente en la aparición de enfermedades y la longevidad.