La firma con sede en Irving (Texas) divulgó en un comunicado que su facturación entre enero y marzo bajó casi un 12 % interanual, hasta 56.158 millones de dólares, y su producción en ese mismo periodo ascendió a unos 4 millones de barriles diarios de producto equivalente al petróleo, un 2 % más.
«La COVID-19 ha impactado significativamente en la demanda a corto plazo, dando lugar a unos mercados sobreabastecidos y una presión sin precedentes sobre los precios y márgenes de la materia prima», explicó el máximo ejecutivo de Exxon, Darren Woods, quien también anunció a principios de mes un recorte de gastos de capital del 30 % hasta finales de año.