En 2020, el repentino brote de COVID-19 azota todo el mundo provocando gran impacto en la economía mundial, que ya se había enfrentado con muchas dificultades. Organizaciones internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han bajado varias veces sus expectativas de crecimiento económico mundial. Expertos de la Organización Mundial de la Salud recuerdan que la contención del COVID-19 debe ser rutinaria. El mundo está experimentando cambios complejos y profundos.
Mientras tanto, se nota que existen conceptos y tendencias que se han mantenido.
Se mantiene sin cambios la tendencia de la globalización económica mundial y la integración económica regional. La “mano invisible” del mercado sigue desempeñando el papel decisivo en la asignación internacional de recursos. Sigue profundizándose la cooperación en división del trabajo entre los países. El multilateralismo y el concepto de gobernanza global que se caracteriza por la deliberación en común, la construcción conjunta y el co-disfrute han sido aceptados y apoyados por la gran mayoría de los países, mientras que los argumentos de desvinculación de las economías no han tenido repercusión alguna en el escenario internacional. China ha reanudado de manera ordenada las actividades económicas y promovido activamente junto con otros países la cooperación económica internacional. En el primer semestre de este año, la inversión directa de China en el extranjero fue de 47.200 millones de dólares estadounidenses, y la inversión extranjera directa en China fue de 65.900 millones de dólares, con 18.838 nuevas empresas extranjeras que se han establecido en China de enero a julio.
Se mantiene sin cambios la adhesión de China a la política nacional básica de reforma y apertura y a la filosofía de desarrollo centrada en las personas. Sobre la base de políticas internas y externas sostenidas y estables, China ha coordinado los esfuerzos tanto para la contención de la pandemia como para el desarrollo socioeconómico. Mediante una serie de políticas y medidas como la regulación macroeconómica, la continua introducción de medidas de apoyo a las empresas, la expansión de la inversión efectiva, la estabilización del empleo, la protección social, el alivio de la pobreza, la profundización de la reforma de funciones del gobierno, la estabilización del comercio exterior y la inversión extranjera, entre otras, China está superando los efectos adversos causados por la pandemia. En el segundo trimestre, la economía china se recuperó de la disminución del primer trimestre, logrando un crecimiento interanual del PIB del 3,2%, lo que ha sentado bases para una expectativa de crecimiento continuo en la segunda mitad del año e incluso el próximo año.
Se mantiene sin cambios la tendencia a la mejora de la economía china a largo plazo. La “troica” de comercio, inversión y consumo sigue desempeñando un papel importante en el crecimiento económico. La agricultura, la industria manufacturera y los servicios están mejorando constantemente. El COVID-19 nos ha obligado a mantener la distancia social y reducir el contacto, pero también ha dado lugar a muchos modelos económicos y comerciales nuevos: la educación, la atención médica y la oficina online se empieza a generalizar; las empresas tradicionales están acelerando su transformación digital; han surgido cada vez más parques industriales virtuales que traspasan fronteras físicas. Hemos tenido una nueva experiencia de vivir y trabajar digitalmente. Hay economistas que creen que China es el país cuya curva de recuperación económica será más parecida a la forma de “V” después de la epidemia, y la economía digital se está convirtiendo en un nuevo motor para el desarrollo socioeconómico de China. Varias encuestas recientes mostraron que la mayoría de las empresas extranjeras en China tienen confianza de largo plazo en el mercado chino.
En la era post-pandemia, la paz y el desarrollo, la equidad y la justicia siguen siendo aspiraciones comunes de todos los pueblos del mundo. China continuará adhiriéndose a la política exterior independiente y de paz, promoviendo la globalización económica hacia un proceso más abierto, inclusivo, equilibrado y de beneficio para todos, rechazando firmemente el proteccionismo y defendiendo resueltamente el sistema de comercio multilateral y una economía mundial abierta, a fin de hacer más contribuciones para que la economía mundial salga de la crisis rumbo a la recuperación. Con una economía de gran resiliencia y potencial, China tiene un futuro de desarrollo brillante que brindará más oportunidades a África y al mundo.